Château Latour

Existen algunas referencias que a lo largo de la historia del vino han marcado el camino del resto de estilos del Viejo y del Nuevo Mundo, y sin duda estas son algunas de ellas. Debemos retrotraernos hasta el año 1331 para conocer las primeras señales que datan de forma histórica el origen de este proyecto. 

A raíz de sucesivos matrimonios y herencias, el château pasó a ser propiedad de Alexandre de Ségur, momento en el que comenzó a forjarse la leyenda. Su hijo, Nicolás-Alexandre, fue apodado el "Príncipe de las viñas" por Luis XV, convirtiéndose además en presidente del Parlamento de Burdeos.

Otro punto de inflexión fue el reconocimiento como ‘premier cru’ en la clasificación oficial de 1855, junto con Lafite-Rothschild, Margaux y Haut-Brion, a la que se sumó Mouton-Rothschild en 1973. En junio de 1993 se llevó a cabo otro hito con el último cambio de propiedad que se ha tenido hasta la fecha, pasando de estar en manos de inversores ingleses para volver a ser liderada por el capital francés de Sr. François Pinault.

Château Latour está situado en el corazón de la región vinícola del Médoc, a unos 50 kilómetros al noroeste de Burdeos. Su privilegiada ubicación a sólo 300 metros del estuario de la Gironda le confiere un carácter especial que atenúa las condiciones climáticas extremas de frío y de heladas.

La mayoría de las vides están plantadas en la cima de las colinas, a una altitud de entre 12 y 16 metros sobre el estuario. La combinación de capas de grava en la superficie y arcilla en el subsuelo hacen que las cepas más viejas desarrollen sistemas particularmente profundos. Esta presencia de capas inferiores de arcilla proporcionan un mínimo nivel de agua incluso en los años más secos. Para los casos contrarios de exceso de lluvias, se creó en el siglo XIX un sistema de drenaje que permite retirar el agua en los casos en que se comprometa la calidad de las uvas.

Las vendimias suelen comenzar en la segunda mitad de septiembre y a menudo duran más allá de mediados de octubre, dependiendo del momento óptimo de maduración. Los racimos se cortan y se seleccionan a mano en pequeñas cajas de 8 kilogramos para evitar que las uvas se aplasten por su propio peso.