Beaulieu Vineyard

Fue el propio Georges de Latour, fundador de la bodega, quien decidió plantar a principios de siglo XX las viñas que hoy, más de 100 años después, siguen dando vida a esta leyenda líquida. Su filosofía basada en maximizar la expresión del terruño y en la innovación constante en busca de la excelencia, se percibe en cada referencia.

El joven emprendedor De Latour viajó a Francia buscando talento para unirse a su bodega. Allí tuvo la gran suerte de conocer al genio André Tchelistcheff, una de las figuras más importantes del vino norteamericano y mentor de varios de sus elaboradores más prestigiosos. André aterrizó en Beaulieu Vineyard en 1938 y, combinando las formas de vinificación del vino europeo con el poderoso carácter de estas tierras del Pacífico, hoy es reconocido como uno de los artífices del éxito mundial de los vinos de Napa.

Además de excelentes condiciones climáticas, el área de Rutherford tiene un singular terruño, bautizado como "Rutherford dust", que aporta a los vinos esa mágica sensación entre herbácea y sutilmente picante y los elegantes apuntes de grafito. Por ello, en cada trago de los Cabernet de esta casa se siente el pálpito de un vino único en el mundo.

Hoy, en pleno siglo XXI, el presente y el futuro de Beaulieu Vineyard pasa por Trevor Durling, el joven enólogo que mantiene viva la filosofía con la que Georges de Latour y André Tchelistcheff consiguieron llevar a este emblema de Napa a los más alto.