Vendimia 2022, la cosecha resiliente
Al final no fue tan “fiera” como se pintó. Pese a los malos augurios fundamentados en la ola de calor extremo y la sequía, la vendimia 2022 finalmente salvó los muebles presentando, en líneas generales buenas cuantías, aunque algo más moderadas, y, lo que es más importante, la esperanzadora promesa de vinos de excelente calidad.
Ya al principio de la campaña, el pasado agosto, el Consejo Sectorial vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias de España apuntaba en un comunicado que, pese a que en invierno y al principio de primavera hubo una disponibilidad de agua clave para el buen desarrollo vegetativo del viñedo, el excesivo calor de los meses de verano, y el consiguiente estrés hídrico sufrido por el viñedo, además de traer “adelantos de dos y tres semanas” en la recogida de la uva, convirtiendo a la de 2022 en “una de las vendimias más tempranas que se recuerdan”, traería consigo también bayas con menor peso que en años anteriores, pero “con buena calidad y ausencia de enfermedades en todo el territorio nacional”.
Con la cosecha ya a buen recaudo “cocinándose” en las bodegas, repasamos las líneas generales en algunas de las principales regiones, que bien podría resumirse en temprana, escalonada, de menor cantidad pero finalmente con gran calidad.
Rías Baixas
Siguiendo la tónica común, las condiciones atmosféricas mermaron la cantidad de racimos respecto a campañas anteriores pero no impidieron que la vendimia 2022 en las cinco subzonas de la principal D.O. gallega sumara un total de 40,9 millones de kilos recogidos, situándose como la tercera más cuantiosa de su historia tras 2021 y 2017. “La uva entró en bodega con un estado sanitario excelente, en el momento justo de maduración. De manera que la calidad es muy buena o excelente. Esto se traducirá en grandes vinos: más aromáticos, con más grado alcohólico y estructura en boca”, detallan desde el Consejo Regulador.
Bierzo
El 25% menos de precipitaciones registradas en el territorio que comprende la D.O. Bierzo durante este año a causa de la sequía, en relación a ejercicios anteriores, ha condicionado la campaña, según los técnicos de su Consejo Regulador. Además la mayoría de estas lluvias se concentraron en otoño, al principio del ciclo vegetativo del viñedo, siendo el invierno y la primavera especialmente secos.
Esta carencia de agua se tradujo en una vendimia más reducida con 11,2 millones de kilos de uva recogidos frente a los 12,6 millones obtenidos en 2021. Pese al tiempo más extremo y la cosecha un tanto más corta, el estado sanitario de esta fue “excelente”, sin grados alcohólicos excesivamente elevados ni situaciones indeseadas de sobremaduración lo que hace esperar bierzos de la añada 2022 “de gran calidad, frescos, atlánticos y con un elevado carácter varietal”.
Rioja
Con 419,8 millones de kilos obtenidos (en 2021 fueron 413,8), la Denominación de Origen Calificada dio por concluida el pasado 24 de octubre una vendimia que, como explica Pablo Franco, director técnico de su Consejo Regulador, ha estado marcada por “la gran diferenciación y diversidad que nos ha ofrecido el paisaje que tiene Rioja”, así como por “la capacidad de resistir que ha demostrado tener el viñedo”.
“El verano nos hizo temer lo peor, nos inquietó bastante por la falta de agua, pero hemos tenido un viñedo que ha sufrido y ha aguantado gracias a la acumulación hídrica, sobre todo de los meses de noviembre y marzo, y a su menor vigor, que le ha hecho demandar también menos agua”, detalla Franco, quien reconoce una cosecha “vibrante y emocionante” pero también “moderada” y bien diferente atendiendo a las distintas zonas de la denominación.
Así, en Rioja Oriental, la vendimia se iniciaba muy tempranamente a principios de agosto por las altas temperaturas y la falta de precipitaciones generalizada a lo largo de todo el ciclo, permitiendo alcanzar plenas maduraciones, con vinos que ya muestran un buen equilibrio y una gran redondez y melosidad en boca. Por contra, la ralentización marcó el ciclo en Rioja Alta y Rioja Alavesa y fueron las lluvias caídas a finales de agosto y en los primeros meses de septiembre las que supusieron un aporte definitivo y determinante justo cuando el viñedo se encontraba en situación de envero y en los inicios de su maduración. En cualquier caso, las uvas pudieron alcanzar buenos parámetros de equilibrio, color y valores muy interesantes, especialmente para vinos de guarda y longevos, detalla el director técnico de la D.O.Ca.
Ribera del Duero
Una vendimia “un poco más temprana de lo que es tradicional” pero más corta y constante “debido a que los viticultores decidieron recoger sin prisa, dejando que el ciclo de maduración avanzará adecuadamente”. Así definen fuentes del Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero la campaña 2022 en sus viñedos que superó los 105 millones de kilos recolectados.
Como sucediera en Rioja Alta y Rioja Alavesa, el calor extremo y la sequía en verano ralentizaron la maduración, pero «las lluvias de las primeras semanas de septiembre propiciaron un correcto fin de ciclo” con una uva en perfecto estado y de muy buena calidad. “Los primeros vinos que se están ya elaborando dejan unas grandes sensaciones, aunque todo hace prever que esta cosecha dará lugar a grandes vinos de guarda”, anticipan.
Rueda
Al igual que en el resto de España, la vendimia 2022 en Rueda estuvo influenciada por las altas temperaturas continuadas y las escasas precipitaciones, dos factores que como afirma el presidente del Consejo Regulador, Carlos Yllera, a la postre ayudaron a que la uva no tuviera problemas de hongos o humedades y pudiera presentar una calidad excelente. “Eso sí, ha sido la vendimia más larga de la historia, puesto que el calor ha provocado que las uvas hayan madurado asimétricamente”, puntualiza.
La cosecha arrancó en la madrugada del pasado 16 de agosto con la Sauvignon blanc y la Chardonnay, variedades de ciclo vegetativo más corto y maduración más temprana. La vendimia nocturna y a máquina llegó de forma más paulatina a las parcelas de Verdejo según se fueron alcanzando los índices adecuados.
En cualquier caso, la espera para lograr en las uvas ese equilibrio óptimo entre acidez y graduación que propiciara su recogida en el estado perfecto no ha sido impedimento para que en la región, contrariamente a lo sucedido en la mayoría, se hayan mejorado los registros del pasado 2021, con más de 124,5 kilos, y lograr una cosecha más abundante superando los 155,34 millones de kilos.
A este dato se suma las buenas previsiones que nos aguardan respecto a los futuros ruedas de esta cosecha. “Las expectativas respecto a la calidad de la añada 2022 son máximas”, sostiene Yllera, reconociendo “el grandísimo trabajo de bodegas y viticultores”, y recordando que “más del 40% del vino blanco de calidad que se vende en España lleva la contraetiqueta de la D.O. Rueda”.
Jumilla
A fecha de publicación de este post, aún no se había dado por concluida la vendimia 2022 en la región que se extiende entre las provincias de Murcia y Albacete. No obstante, desde el Consejo Regulador de la D.O.P. Jumilla afirman que todo apunta a que será de “menor cantidad pero muy buena calidad”.
La incidencia de las altas temperaturas y la falta de lluvias que han alargado la cosecha esperando su completo desarrollo, augura una “añada especial y singular” que supone “un reto para los enólogos, con más trabajo y más delicado en bodega”. En este sentido, los jumillas que se esperan son “ vinos finos, con más acidez debido al parón de la planta, una maduración explosiva y perfil más verdoso. Hay que controlar bien las maceraciones”, concluyen.
Madrileña de Aluche de cuna y militancia, licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y, desde noviembre de 2019, miembro del equipo de Contenidos de Bodeboca. La mayor parte de mi trayectoria laboral ha estado ligada a la información local de mi ciudad en prensa escrita y radio. La casualidad (¿o causalidad?) hizo que cambiara ruedas de prensa, plenos municipales y visitas de obras por historias de bodegas, variedades de uvas y notas de cata con palabras mágicas como sotobosque. Viajar, el mar con los míos, los días soleados, perder la noción del tiempo en un museo y las canciones de siempre de Calamaro, U2 o Bruce Springsteen, son algunas de mis cosas favoritas. Y, por supuesto, si se dan acompañadas de vino, la perfección.