Emilio Moro en el Bierzo: la nueva casa de la Godello
Su idilio con esta tierra acogedora de verdor inusitado y abrupto comenzó allá por 2013 y ha sido ahora, más de una década después, cuando la relación, ya afianzada, ha pasado a formalizarse. Emilio Moro presentó oficialmente el pasado 23 de mayo su bodega berciana en Ponferrada, el corazón de una región que juega cada vez más de tú a tú en la liga vinícola de los grandes. Aquí es donde los Moro han erigido la nueva casa de la Godello, variedad por la que apuestan sin reservas para complementar y acompañar a los grandes y exitosos tintos de la casa matriz ribereña.
“Teníamos muchísimas ganas de establecernos en esta zona y de poner en valor la variedad Godello y llevarla al mundo entero. Tenemos la suerte de exportar a más de 70 países, los cuales nos invitan a poner al Bierzo como referencia y estamos realmente orgullosos de ello” contó in situ Javier Moro, presidente de Bodegas Emilio Moro, anfitrión del evento junto a su hermana Rubi Moro, y los representantes de la cuarta generación familiar, Patricia Sánchez Moro y Héctor Medina Moro, directora general y director de Marketing, respectivamente.
Con las ideas claras y sin prisa, la familia lleva más de una década perfilando este proyecto que aún siente en su fase inicial. “Este es el comienzo, somos personas que no nos gusta estar sentados pero necesitamos más años de experiencia. Cuando aterrizamos aquí por el año 2013 a percibir la zona, lo primero que hicimos como buenos viticultores fue comprar suelo y plantar viñas, majuelos como nos gusta decir a nosotros, y, a partir de ahí, nos hicieron sitio en varias bodegas de alquiler hasta que perfilamos el concepto de bodega que queríamos”, relató el bodeguero.
Y ese concepto se ha materializado tras una inversión de más de 8 millones de euros en un edificio moderno y funcional, de líneas puras de acero, madera y vidrio, materiales con los que también cincelan y dan alma al vino que allí nace, reposa y parte para copar barras, cartas y vinotecas particulares. Un vino que tiene el nombre propio de una variedad, la Godello.
“Empezamos aquí con una apuesta clara por una zona y una variedad, hoy esa apuesta queda afianzada”, aseguró Patricia Sánchez Moro, compartiendo las palabras de su tío Javier: “Estamos en el paraíso de la Godello, en el mejor sitio para desarrollar la uva con más potencial de España”.
Y es que, a juicio del presidente de Bodegas Emilio Moro, la casta blanca mayoritaria del Bierzo “es una variedad distinta totalmente al resto de uvas blancas que hay en España. Es una uva que tiene frescura, mineralidad, personalidad, una acidez excelente y es muy idónea para elaborar con la mentalidad con la que nosotros hemos venido aquí, de trabajar con barricas y mucho respeto, y hacer vinos gastronómicos, vinos que nos permita guardarlos en la botella 8, 10, 15 años y que cuando se destapen impresionen al consumidor. Esa es nuestra filosofía. No hacer un vino blanco sencillo, venderlo y ya. Eso no tiene sentido para nosotros, por eso nos fijamos en esta zona, porque creemos que tiene todos los parámetros para elaborar el estilo de vino que nosotros queremos”.
Presente y futuro
Ese estilo es la seña de identidad de las tres referencias de la bodega berciana de los Moro: Polvorete, El Zarzal y La Revelía. Los tres compartieron protagonismo en la inauguración, pero si tenemos en cuenta el carácter inquieto, inconformista y emprendedor de los propietarios probablemente tendrán compañía en un futuro.
“El Bierzo es Mencía, la Mencía es el Bierzo”, de esta forma comenzaba el alcalde ponferradino, Marco Antonio Morala, su alocución en el acto, y por ahí pueden ir los “tiros” vinícolas próximos. Para Javier Moro, la apreciada variedad tiene más que cabida en su proyecto. “Venimos de donde venimos y es posible que podamos hacer una versión de la uva tinta principal del Bierzo con nuestra mentalidad. Estamos trabajando en ello pero con tranquilidad, dándole tiempo como se le da a los grandes vinos”.
Las bienvenida más alegre y una breve cata comentada
Aunque ya son más que apreciados y conocidos, los godellos de Bodegas Emilio Moro en el Bierzo brillaron en su puesta de largo con imagen renovada demostrando todo el potencial y recorrido de la región castellanoleonesa.
Polvorete 2023
El vino de entrada de gama fue también el encargado de romper el hielo y dar la jovial bienvenida a los asistentes a la inauguración. Elaborado en depósitos de acero inoxidable, muestra toda la frescura y juventud de la variedad y es ya habitual del copeo en barras de calidad de toda España.
El Zarzal 2022
“Es una buena muestra de la importancia del clima frío y de los aromas más sutiles y elegantes que aporta”, explicó Álvaro Maestro, enólogo de Emilio Moro, en la cata comentada que ofreció durante la presentación de la bodega, destacando del vino de la gama intermedia de la casa su nariz de notas de fruta blanca y vegetales de hinojo y anís, que dan paso a una boca “equilibrada, refrescante y muy polivalente”.
La Revelía 2021
El godello top y más gastronómico de la casa, con 9 meses de barrica y elaborado con las uvas cultivadas en las parcelas más elevadas buscando frescura, estructura, buena acidez, amplitud, untuosidad y longevidad. “Lo tiene todo para que cuando abras una botella con 10-12 años el vino diga qué elegancia, qué persistencia y qué longevidad tiene esta variedad”, afirmó Javier Moro. Opinión compartida totalmente por su enólogo. “Aquí los aromas son más dulces, con notas más de panadería de las lías, pero también con fruta. Es muy gastronómico y está concebido para perdurar en el tiempo”, concluyó Maestro.
Madrileña de Aluche de cuna y militancia, licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y, desde noviembre de 2019, miembro del equipo de Contenidos de Bodeboca. La mayor parte de mi trayectoria laboral ha estado ligada a la información local de mi ciudad en prensa escrita y radio. La casualidad (¿o causalidad?) hizo que cambiara ruedas de prensa, plenos municipales y visitas de obras por historias de bodegas, variedades de uvas y notas de cata con palabras mágicas como sotobosque. Viajar, el mar con los míos, los días soleados, perder la noción del tiempo en un museo y las canciones de siempre de Calamaro, U2 o Bruce Springsteen, son algunas de mis cosas favoritas. Y, por supuesto, si se dan acompañadas de vino, la perfección.