Entrevista a Francisco Hurtado de Amézaga, de Marqués de Riscal
Marqués de Riscal no necesita presentaciones, esta histórica casa es protagonista de los momentos claves de la historia de Rioja y artífice indiscutible de su fama mundial.
Hemos tenido la gran suerte de hablar con Francisco Hurtado (Madrid, 1947), el director general técnico y de producción de la bodega. En esta entrevista nos ha contado las claves de su éxito, nos ha desvelado los secretos de sus prestigiosos viñedos y de sus referencias más aclamadas y nos ha dado su visión sobre la situación actual de Rioja y las nuevas tendencias en enoturismo.
Ser el director general técnico y de producción de una de las bodegas más icónicas de Rioja debe ser apasionante, ¿nos puede describir brevemente su día a día?
Mi día comienza escuchando las noticias y prestando especial atención al tiempo. Para los que trabajamos en el mundo del vino, la predicción meteorológica nos puede dar las mejores alegrías y los peores disgustos. Así que siempre estamos muy atentos. A partir de ahí, voy al campo a ver las viñas y a la bodega. Dependiendo la etapa del año, paso mucho tiempo en la oficina resolviendo asuntos. Se podría decir que entre la bodega y el viñedo es donde vivo la mayor parte de mi día.
Con más de 150 años de historia, ¿cuál es el secreto del éxito de Marqués de Riscal?
Para hablar del secreto del éxito de Marqués de Riscal hay que remontarse a los inicios de esta compañía, cuando Guillermo Hurtado de Amézaga heredó de su hermana Marceliana unas tierras y viñedos ubicados en Elciego. Gracias a su experiencia de 30 años en Burdeos, decidió hacer vinos al estilo bordelés, es decir, con el despalillado y el estrujado de la uva y con crianza en barrica. Esto era una novedad para Rioja, ya que los vinos que se elaboraban hasta entonces no tenían ningún tipo de crianza y, por lo tanto, tenían una vida muy corta que con la subida de temperatura en el verano se estropeaban.
Fue entonces cuando Guillermo decidió comenzar el proyecto del Medoc Alavés en colaboración con otras siete bodegas de la Rioja Alavesa teniendo el visto bueno de la Diputación Foral de Álava, que les ayudó con la contratación del maestro bodeguero de Château Lannessan, Jean Pinneau. Todo esto supuso un vuelco en la forma de hacer vinos en la zona. Este espíritu emprendedor se ha mantenido durante todos estos años y ha sido la clave de la evolución de la bodega y de su éxito. Otra prueba de ello es que Marqués de Riscal es una de las impulsoras de los vinos de Rueda y también una de las líderes en la innovación dentro del ámbito del enoturismo.
¿Puede resumir en tres palabras la filosofía que les ha llevado a lo más alto?
Tradición, innovación e internacionalización.
En este siglo y medio, ¿cuáles han sido los momentos de inflexión en la historia de la bodega?
Uno de los momentos de inflexión más importantes para Marqués de Riscal se da en la década de los años 80 cuando empezamos a elaborar Barón de Chirel, en 1986. Este vino supuso un giro drástico en la filosofía, no solo de los vinos de Marqués de Riscal, sino también en casi la totalidad de los vinos de Rioja. Al principio generó algo de polémica, pero finalmente muchas bodegas se unieron a esta forma de entender el vino.
Otro punto de inflexión clave fue la creación de la Ciudad del Vino de Marqués de Riscal. De esta forma, abrimos nuestras puertas a la sociedad con las visitas a la bodega y la construcción del Hotel Marqués de Riscal del arquitecto Frank O. Gehry.
Rioja presume de contar con varias bodegas centenarias, dentro de este selecto grupo ¿qué hace diferente a Marqués de Riscal?
Contamos con una importante cantidad de viñedo viejo, tanto propio como controlado, que nos permite elaborar vinos de gran calidad y con mucho potencial de envejecimiento. Desde la primera añada de Marqués de Riscal en 1862 y hasta nuestros días, la bodega ha perseguido elaborar referencias que pudieran envejecer durante largo tiempo en botella siguiendo el ejemplo de los grandes châteaux bordeleses. Esto explica que hoy podamos presumir de la mayor colección de botellas del mundo. Tenemos botellas de todas las añadas, desde la primera hasta la última. Creo que esta paciencia y maestría a la hora de elaborar vinos de larga vida nos ha permitido estar y mantenernos en lo más alto.
Don Francisco Hurtado de Amézaga en un evento de añadas históricas
Hablemos un poco de Rioja, ¿en qué momento se encuentra la región y hacia dónde se dirige?
Rioja, como muchas otras zonas vinícolas del mundo, está pasando una situación difícil. No hay más que mirar otras regiones históricas. Por ejemplo, en Burdeos se están arrancando viñas. En Rioja estamos pasando un momento de exceso de producción que no favorece nada a la imagen de nuestros vinos. Creo que será necesario replantearse muchas cosas en los próximos años.
Rioja históricamente ha sido reconocida por las formas de vinificación y su sistema de crianza. Sin embargo, en las últimas décadas el foco se ha puesto en el terruño, ¿qué importancia le dan al viñedo en Marqués de Riscal?, ¿cuáles son las principales virtudes de sus viñedos?
En Rioja hay que distinguir entre dos grupos en función de la edad de las viñas. El primero lo forman las viñas plantadas antes de 1970, que eran viñas de pequeña superficie plantadas con clones existentes en la época que tenían una limitada producción pero mucha calidad. A partir de 1970, con la llegada de nuevos inversores a Rioja, cambia drásticamente la filosofía de muchas bodegas porque hacía falta mucha uva para abastecer la demanda y empiezan a usarse clones demasiado productivos que dan lugar a vinos de menor calidad y con menos capacidad de guarda.
Marqués de Riscal decidió hace más de una década el cambio de cultivo en este tipo de viñas procediendo a reinjertar todas estas cepas y cambiarlas por variedades mucho menos productivas pero más cualitativas. El proyecto ha salido magníficamente bien, hemos reinjertado más de 180 hectáreas de viñas, las cuales están dando lugar a algunos de nuestros mejores vinos.
Es importante señalar que no todas las zonas pueden producir vinos de largas crianzas, hay terrenos que por la composición de sus suelos no cuentan con las virtudes necesarias para producir vinos de calidad. Afortunadamente, Marqués de Riscal se encuentra en una zona privilegiada.
Hace tan solo unos meses su viñedo ha vuelto a ser reconocido por segundo año consecutivo como el Segundo Mejor Viñedo del Mundo en el certamen World’s Best Vineyards 2022, ¿qué necesita una viña para alcanzar un reconocimiento de este nivel?
Es un orgullo recibir este premio por tercera vez consecutiva. Sin duda lo que hay detrás de estos premios es el reconocimiento al esfuerzo y al trabajo realizado durante muchos años.
Cambiando de tercio, nos gustaría saber más sobre los vinos de Marqués de Riscal. Empecemos por la joya que marcó una nueva etapa en Rioja, Barón de Chirel. ¿Nos puede contar la historia de cómo nació este icono?
La verdad es que hacía falta dar un giro de timón en los vinos de Rioja ya que la producción estaba muy centrada en la elaboración de grandes cantidades. En esos años, emergieron los vinos de Ribera del Duero. Esta región elaboraba pequeñas cantidades de vinos a precios elevados: estaban marcando a Rioja el camino a seguir. Eso fue precisamente lo que hicimos con Barón de Chirel, una producción más pequeña de vino con una calidad excepcional y con una gran capacidad para evolucionar en botella. La mejor prueba es que todos los vinos de todas las añadas de Barón de Chirel se mantienen muy vivos y se espera que puedan seguir evolucionando durante muchos más años.
Sus vinos riojanos están presentes en las listas de muchos restaurantes, ¿cuál es el secreto de la afinidad gastronómica de estas referencias?
Hacemos vinos frescos, equilibrados y fáciles de beber. Estas características hacen que puedan armonizarse con una amplia variedad de platos y con diferentes gastronomías. Además, tenemos una colección con diferentes estilos que combinan a la perfección con múltiples recetas.
Su bodega en Rueda también es fundamental para entender la evolución de esta D.O. ¿Cómo definiría los blancos que elaboran en la región castellana?
Es importante señalar que Marqués de Riscal llegó a Rueda en 1971. Fue entonces cuando se empezó a estudiar la zona. Ya en 1972 se empezó a construir la bodega. Dos años más tarde introdujimos la variedad Sauvignon blanc y en 1980 se impulsó la creación de la Denominación de Origen. Desde entonces todo ha cambiado mucho.
En Rueda hay grandes variaciones de terruño que dan lugar a diferentes tipos de vinos. En las zonas de terrazas es donde se ha cultivado la Verdejo toda la vida. Con el aumento de las nuevas plantaciones se han empezado a plantar en terrenos terciarios que no dan la misma calidad, sobre todo en Verdejo.
También es importante hablar de la edad de las viñas. Nosotros hemos recuperado viñedos de los años 40 y 50 y estamos ahora comprando viñas prefiloxéricas en la zona de Segovia. Tenemos un plan de cultivo en parcelas a 900 metros de altitud con un subsuelo pizarroso muy interesante. Por lo tanto, Rueda no es una sola cosa, son muchas cosas y eso mismo nos pasa a nosotros allí.
Además, recientemente hemos apostado muy fuerte por el cultivo ecológico. En 2018 Marqués de Riscal obtuvo la certificación ecológica de los viñedos en Rueda, un proceso que conlleva un periodo de tres años de transición, cultivando las viñas respetando las reglas de la producción ecológica. Estos vinos muestran mejor el carácter del terruño y una mayor pureza varietal.
Don Francisco Hurtado de Amézaga en las instalaciones de Marqués de Riscal
En su colección de tintos, blancos y rosados, no encontramos ningún espumoso. Ahora que Rioja se está convirtiendo en una región clave de este estilo, ¿está en sus planes elaborar en algún momento burbujas de calidad?
Ahora mismo no, pero nunca se puede decir “de esta agua no beberé”.
A pesar de que España puede presumir de una larga tradición vinícola, es uno de los países productores donde el consumo es más bajo, especialmente entre los jóvenes. En su opinión, ¿a qué se debe este problema y cómo deben afrontarlo los productores?
No sé quién debería tomar la iniciativa para impulsar el consumo de vino entre los jóvenes, pero desde luego hay que hacer algo. Hay costumbres que son difíciles de cambiar. Cuando uno va a Francia ve que en las mesas de todos sus restaurantes hay una botella de vino y vienes a España y ves Coca-Cola, cerveza y agua mineral. Solo en un 10% ves botellas de vino. En España se dice “vamos a tomarnos unas cañas” no se dice “vamos a tomar unos vinos”. Creo que es importante que la Administración trabaje en impulsar la cultura del vino.
Dentro del amplio catálogo de Marqués de Riscal, ¿qué vinos cree que apelan más este grupo demográfico?
Creo que más que un tipo de vino —al final cada uno tiene un gusto— lo que es clave es la educación, acercarse a conocer, y a partir de ahí ir viendo qué te gusta más. De todos modos, por temas de costes y de estilo, seguramente sea más fácil comenzar con nuestros vinos blancos de Rueda.
No podemos terminar esta entrevista sin alabar el éxito de Marqués de Riscal en el sector del enoturismo. Uniendo la arquitectura de vanguardia y el vino, ustedes han creado un paraíso en torno a la bodega que todo hedonista debe visitar. ¿Nos puede contar cómo surgió la idea y cómo se llevó a cabo la creación de la Ciudad del Vino y el hotel diseñado por Frank O. Gehry?
Es un orgullo volver a ser nombrado por tercer año consecutivo la segunda mejor bodega del año, eso indica que algo hicimos bien al crear la Ciudad del Vino, una idea que surgió cuando se vio el éxito del Museo Guggenheim de Bilbao a finales de los 90, que colocó a la ciudad vasca en el mapa del mundo. Nosotros queríamos hacer lo mismo y por eso decidimos abrir nuestras puertas a la sociedad y crear este proyecto junto al arquitecto Frank O. Gehry, que tantas alegrías y satisfacciones nos está dando.
En el campo del enoturismo han demostrado un gran talento y liderazgo a la hora de crear experiencias únicas. ¿Hacia dónde se dirigen las nuevas tendencias?, ¿qué nuevas estrategias han planteado de cara al futuro?
La gente quiere disfrutar de experiencias y, sin duda, el enoturismo se engloba dentro de estas tendencias. Cuando se visita una bodega, uno aprende cómo se elabora un vino, hace una cata o, incluso, puede comer en el restaurante de la bodega. Nosotros a todas las actividades más comunes añadimos otras muchas experiencias como pasar el día en el spa y probar nuestros tratamientos de vinoterapia. Creemos que el futuro del enoturismo es este: ofrecer no solo visitas, sino experiencias completas, de calidad e inolvidables.
Confiese, ¿a qué vino de Marqués de Riscal le tiene un cariño especial?
Es muy complicado elegir o decir que tienes un cariño especial a un vino en concreto, es casi como tener que decir a qué hijo quieres más. Cada vino tiene un momento y unas virtudes. Por eso, siento un tipo de cariño diferente por cada uno de ellos.
Salmantina trotamundos con el corazón entre España y Canadá. En 2010 me licencié en Comunicación Audiovisual y posteriormente cursé un Máster de Guion donde aprendí los entresijos de lo que más me gusta, escribir historias. Después de trabajar en varios medios de prensa y televisión, en 2014 me fui a vivir a Toronto por amor y allí sentí el otro gran flechazo de mi vida: el mundo del vino. Cuando volví en 2019 a España trabajé de sumiller hasta que en 2021 tuve la oportunidad de entrar en Bodeboca, donde por fin uní mis dos grandes pasiones: redactar historias y vivir el vino en primera persona. Además, me encanta el cine clásico, la gastronomía y viajar.