La Picapoll de Pla de Bages
La Picapoll es una variedad autóctona de la pequeña denominación Pla de Bages y una gran desconocida. Una uva blanca de la que actualmente sólo existen menos de 50 hectáreas de viñedo en toda la denominación y de la que no hay muchas cepas antiguas, ya que la mayoría de los viñedos de esta variedad son experimentales y producto de un proceso de recuperación de clones. (http://www.tntechoracle.com)
Esta variedad no llegó a desaparecer del todo gracias a su particular piel gruesa. Una cualidad que no pasó desapercibida para los agricultores que antiguamente la conservaban para pasificar. (https://american-eats.com/modafinil/) Era una uva muy agradecida para ser colgada y durante el invierno podían ir comiendo de ella sin que le atacaran los hongos.
La Picapoll tiende a ser una variedad productiva, por lo que se debe gestionar cuidadosamente en el viñedo, con podas cortas y cubiertas vegetales, incluso replanteando las densidades de plantación. Es también una variedad oxidativa y por tanto necesita una elaboración en bodega cuidada, limitando mucho su contacto con el oxigeno.
Cuando se la sabe tratar es una variedad que ofrece sobre todo complejidad. A nivel organoléptico no tiene un aroma concreto y no es muy intensa pero a cambio entrega en pocas dosis muchos e interesantes matices. Fruta amarilla como el melocotón y el albaricoque, piña y algunos apuntes florales que no suelen encontrarse en los vinos blancos como los aromas de lavanda e hinojo. En boca aporta amplitud y volumen, sobre todo cuando se trabajan mucho las lías. Justo lo que hace Bodegas Abadal con su monovarietal Picapoll una excelente y asequible opción para conocer las posibilidades de esta variedad por descubrir aún.
Publicista de carrera, sumiller por azar y storyteller nata, en los últimos diez años responsable de la creación de la marca Bodeboca y su exitosa estrategia de contenidos. Hablo más que cato, pero si cato y me enamora una historia, no paro hasta lograr que tú también lo hagas.
Ramon de Manresa 20 diciembre, 2016 , 9:23 pm
Cerca de Sete, en Francia, está el llamado Etang de Thau, una laguna interior aprovechada (y muy bien) para el cultivo de ostras y mejillones en batea. Es un viaje recomendable, lo mismo que en el cercano Port de Leucate, ya cerca de Perpignan. En los restaurantes de la zona (recomiendo La Voile Blanche, en Bouzigues, un bonito lugar de veraneo) sirven unas estupendas raciones de estos mariscos, a precios de risa, y los suelen acompañar de un vino llamado «Pic Poul de Pinet» siendo en Pinet donde estan sus bodegas. Es un interesante vino blanco muy fresco, y que saco a relucir porque este vino esta elaborado con….Picapoll! No dejen de descubrirlo, es un placer acompañando un surtido de ostras y mejillones (por cierto, los sirven crudos, como las ostras, y son buenísimos!)
Jaume Escala Montaje 14 julio, 2020 , 11:39 am
Es una uva, que lleva al pueblo de Torrelles de Llob, que sus viñas en los 550/60 eran de esta variedad, era una maravilla.