Tatau, cocinando emociones
En el casco histórico de Huesca, al lado de una de las plazas más bonitas de la ciudad, se encuentra el restaurante Tatau, lugar de culto de los foodies en busca de experiencias sorprendentes.
Desde que te reciben en la puerta, sientes que te vas a divertir. Su original decoración y su vibrante música ochentera reflejan perfectamente la personalidad de sus dueños, el catalán Tonino Valiente dirigiendo la cocina y la oscense Arantxa Sáinz al mando de la sala.
A este dúo de lujo se une Ausias Signes, jefe de pastelería y uno de los jóvenes más prometedores del país, que hace unos meses se coronó como pastelero revelación de Madrid Fusión 2022.
Con la autenticidad por bandera, el Tatau logró en 2014 una estrella Michelin y hoy sigue regalando una experiencia que marca a sus invitados tanto como los tatuajes que sus fundadores lucen en el cuerpo.
En sus mesas altas, los comensales se deleitan con una cocina de autor, con alma catalana y mediterránea, con guiños a la gastronomía aragonesa y técnicas francesas.
Una dinámica carta basada en el producto de temporada, un fino equilibrio entre la innovación y la tradición y una filosofía que defiende la elaboración al momento son las señas de identidad de este paraíso gastronómico.
Su cuidada carta de vinos forma una perfecta armonía junto a la comida. Los vinos aragoneses y los de pequeños productores tienen un protagonismo especial junto a interesantes referencias nacionales y sorpresas internacionales.
No te pierdas…
- Los platos de caza y el suquet de bogavante.
- Los postres, especialmente las elaboraciones con fruta de temporada.
Nos gusta por…
- Las creaciones efímeras y elaboradas al momento.
- La atmósfera vibrante y la cercanía y amabilidad del servicio.
Dirección: C. Azara, s/n, 22002 Huesca
Teléfono: 974 04 20 78
Salmantina trotamundos con el corazón entre España y Canadá. En 2010 me licencié en Comunicación Audiovisual y posteriormente cursé un Máster de Guion donde aprendí los entresijos de lo que más me gusta, escribir historias. Después de trabajar en varios medios de prensa y televisión, en 2014 me fui a vivir a Toronto por amor y allí sentí el otro gran flechazo de mi vida: el mundo del vino. Cuando volví en 2019 a España trabajé de sumiller hasta que en 2021 tuve la oportunidad de entrar en Bodeboca, donde por fin uní mis dos grandes pasiones: redactar historias y vivir el vino en primera persona. Además, me encanta el cine clásico, la gastronomía y viajar.