Un todoterreno de lujo llamado Sauvignon blanc
Se me ocurren pocas uvas blancas con mayor penetración en viñedos de todo el mundo que la Sauvignon blanc. Y me surgen preguntas: ¿esto es bueno o es malo?, ¿es porque se adapta bien a (casi) cualquier clima o suelo?, ¿quizás sea solo por su rendimiento?
Bajo mi experiencia práctica (es decir, catando) puedo señalar que se han cometido auténticas tropelías enológicas con esta noble variedad de origen francés, siempre en pos de maximizar la rentabilidad en contra de la calidad. En el otro extremo de la baraja, he encontrado referencias de un nivel apabullante y que despliegan una gran finura. Aquí es donde me quiero centrar, ¿para qué sufrir pudiendo disfrutar?
Su origen no está del todo claro, ya que algunos expertos indican que nació de forma simultánea entre Burdeos y el Loira, aunque es en esta última región donde se encuentran los monovarietales de mayor prestigio del mundo. Su presencia se ha extendido a lo largo del último siglo tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo, constituyendo en países como Nueva Zelanda verdaderas zonas de culto.
En cuanto a sus características organolépticas destacaría su intensidad aromática, con esas notas varietales de hierba recién cortada y fruta tropical, y por un paso por boca fresco que cuenta con una columna vertebral marcada por la acidez.
Como el título de este post hace alusión a un todoterreno de lujo, quiero explicar esto a través de cinco vinos repartidos por cinco territorios completamente diferentes.
Comenzamos por el origen: Domaine Serge Laloue Pouilly-Fumé Blanc 2020
Nos encontramos en Pouilly-Fumé, una apelación situada en el centro de Francia. El vigneron Serge Lalou cultiva allí sobre suelos calcáreos y pedregosos una cuvée marcada por esta influencia mineral Cuando lo probé me vino a la mente una palabra al instante: refinamiento. Recomiendo como maridaje un salmón gratinado con una bechamel de espinacas.
El acento ibérico: Abadía Retuerta LeDomaine Blanco de Guarda 2020
Admito que no soy objetivo con esta casa, ya que todo lo que elabora me enamora. Su único blanco no iba a ser menos. Aunque no es monovarietal (cuenta con un porcentaje de Verdejo) tiene los matices de todo buen sauvignon blanc que se precie, aunque sublimados con un medido paso por barrica que lo convierte en una apuesta de muchos quilates para el futuro. Su capacidad de evolución en botella hace que sea objeto de colección para muchos aficionados.
La sorpresa eslovena: Gota de Mundo Sauvignon Blanc 2019
Este es el primer vino de Eslovenia que he probado en mi vida y tengo que decir que las sensaciones no pudieron ser mejores. Nos encontramos en el extremo oeste del país, haciendo frontera con Italia a una latitud similar a la de Burdeos, curiosamente. En un paisaje espectacular de terrazas y suelos de margas se desarrolla esta creación que me convenció sobre todo por lo que encontré en boca, con una acidez crujiente y una textura más envolvente de lo habitual.
Un oasis en el desierto: Tara White Wine 3 Sauvignon Blanc 2020
En Chile encontramos una espectacular diversidad de paisajes. Este blanco procede de su cara más severa, la desértica. Sobrevivir en este clima extremo es posible gracias a la “camanchaca”, una neblina soplada por el Pacífico que aporta humedad al viñedo. Su concepción está basada en la transmisión del terroir calcáreo, por lo que lleva a cabo una larga crianza en cemento. Lo que encontramos es (una vez más) mineralidad y tensión, siendo un acompañante de lujo para platos asiáticos como el curry verde o el pad thai.
Acabamos al otro lado del mundo: Cloudy Bay Sauvignon Blanc 2022
La icónica región de Marlborough, al norte de la isla sur, es la seña de identidad del vino neozelandés. Este Cloudy Bay es un ejemplo de manual para conocer el estilo de este rincón del planeta. Aromas vegetales y cítricos preceden a una frescura en boca que me antoja un maridaje con mejillones como protagonista, ya sean cocidos al vapor o a la crema. Y por favor, que el tapón de rosca tan habitual en estas zonas no te haga dudar, es un vino con un nivel contrastado en todo el mundo.
*Imagen de cabecera propiedad de Domaine Serge Lalou
De Málaga, amante del vino y la comida en general, y de la manzanilla y los torreznos en particular. Publicitario de formación y profesión, dejé el mundo de las agencias de publicidad para entregarme a una pasión: la comunicación del universo vinícola.