¿Vinos orquestales o vinos solistas?
Un buen vino es una forma de arte, un arte líquido y dinámico, que cambia con el tiempo y tiene sus propias cumbres e idiosincrasias, un placer que surge de nuestro sentido del gusto y que también se convierte en placer intelectual.
A menudo me sumerjo en algunas lecturas “vinícolas”, a veces técnicas y otras no tanto, que consiguen despertar mi curiosidad e interés. La mayoría de las veces acompaño estos momentos con la escucha de un buen disco de jazz, quizá incluso degustando una muestra de mi materia de estudio favorita (una o varias copas de vino).
Recientemente he tenido la oportunidad de descubrir en un ensayo del profesor italiano Luigi Moio, ”Il respiro del vino”, un libro muy interesante que lamentablemente aún no ha sido traducido al español, una intrigante teoría sobre los «vinos orquestales» y los «vinos solistas».
Se entiende por “orquestales” los vinos procedentes de ciertas variedades de uva que no tienen un único descriptor aromático que sea tan característico y posea la capacidad de destacar sobre los demás, sino que son un conjunto de notas y perfumes, que cuando están perfectamente equilibrados son capaces de ofrecernos este maravilloso bouquet que apreciamos todos los amantes del buen beber.
Por otro lado tenemos los “vinos solistas”, es decir, hablamos de aquellas creaciones elaboradas a partir de uvas que cuentan con aromas varietales perfectamente reconocibles y predominantes y que, como un gran solista, son capaces de llevar sobre sus hombros toda la melodía del conjunto, consiguiendo a veces incluso tapar cualquier «nota desentonada» de los demás intérpretes.
Esta similitud me divirtió mucho y me dio pie a un pequeño juego, emparejar cada botella elegida con una pieza de música jazz, intentando formar parejas que respetasen mi percepción del carácter «orquestal» o «solista» del vino.
Os aseguro que no resultó fácil, pero sin duda fue divertido, e invito a todo aquel que tenga tiempo y ganas a que publique sus maridajes sonoros en los comentarios de este post. Por supuesto no hace falta ser extremadamente meticuloso, basta con mencionar una canción y un vino que tengan alguna conexión o afinidad.
Antes de empezar una pequeña aclaración, por «vinos orquestales» no entendemos vinos o estilos que no tienen una identidad precisa o reconocible, sino simplemente vinos cuyas notas organolépticas individuales no son inmediatamente atribuibles a la variedad de uva utilizada en su elaboración.
Vinos Orquestales:
Prieto Pariente Viognier 2021
Con sus aromas florales y sus toques herbáceos y de fruta como mango, mandarina y melón, la Viognier es una variedad cuyo estilo varía mucho dependiendo del productor. En este caso he elegido un vino con perfil fresco, cítrico y un paso en boca cremoso, que me conecta inmediatamente a este elegante tema “submarino” de Les Baxter y su Orquesta.
Tenuta di Nozzole Chianti Classico 2020
La uva Sangiovese se cultiva en muchas regiones italianas. Sus aromas varietales recuerdan principalmente a los frutos rojos y negros, las flores azules y con la crianza suelen virar a notas de flores secas, tabaco y especias. En este chianti clásico apreciamos toda la expresividad y versatilidad de un gran tinto toscano. Para este vino no hay mejor maridaje que una mítica pieza de Stan Kenton, alta fidelidad en todos los sentidos.
Vinos Solistas:
Mullineux Syrah 2020
La Syrah se adapta muy bien a varios tipos de suelos y climas, siempre aportando sus características notas a frutos negros, aceitunas negras y sus distintivos aromas especiados. Este syrah sudafricano es un claro ejemplo de la vibrante intensidad que puede ofrecernos esta variedad. Para este tinto tan profundo y elegante creo que lo mejor sería acompañarlo con una danza en la oscuridad de Cannonball Adderley.
Markus Molitor Alte Reben Riesling Mosel 2021
Sus aromas afrutados, su alta acidez y su increíble capacidad de guarda hacen de esta variedad una de las más amadas y apreciadas en el mundo. Cuando al envejecer adquiere sus características notas a petróleo, mantequilla y manzanas asadas, es un espectáculo para los sentidos. Para la reina de las uvas blancas sólo podía elegir a la reina de la bossa nova, una canción que no deja de emocionarme, así como catar un excelente riesling.
Espero que este juego de combinaciones te haya gustado, pero no termina aquí, ¡ahora es tu turno!
Italiano del sur, enamorado de Madrid y por supuesto de los vinos españoles. Entusiasta redactor de contenidos en el equipo de Bodeboca. Licenciado en Bellas Artes en Roma y apasionado lector, me encantan los cómics, los picoteos, los vinilos de música jazz y exótica. Después de obtener la calificación Nivel 3 del WSET he decidido dedicarme al mundo del vino siempre en busca de nuevos horizontes.
