Château Giscours

En 1847, el conde de Pescatore hizo reconstruir el Château al estilo del renacimiento y poco después de la guerra fue comprada por Nicolas Tari, quien devuelvió al viñedo el prestigio de antaño.

Desde 1995 la dirección de la explotación está dirigida por Eric Albada Jelgersma, quien ha invertido en la renovación del viñedo y en los edificios de la explotación. Además, ha propiciado la continuidad de Château Giscours y de las familias viticultoras que han hecho de esta propiedad uno de renombre mundial.

El viñedo de Giscours presenta las cualidades requeridas para producir un gran vino. Los componentes del suelo son ideales y las tres colinas de grava depositadas por el río Garona al comienzo de la era cuaternaria son claves, de vital importancia. La grava juega un papel básico, ya que refleja los rayos del sol y hace que se mantenga la temperatura constante durante la noche. Estas condiciones son ideales para la maduración de las uvas. 

Esta tierra es el sueño de cualquier enólogo. Fue clasificada como Tercer Grand Cru Classé en 1855, lo que le ha generado una reputación de excelencia. Se practica la viticultura sostenible, apostando por la agroecología. Durante todo el año se trabaja duro para emprender una viticultura basada en la conservación, con el objetivo de preservar el terruño y el incomparable ecosistema natural de Giscours y sus alrededores. Más de la mitad del viñedo se cultiva actualmente con métodos de agricultura biológica, una proporción que aumenta cada año. 

Un terroir extraordinario que otorga a Château Giscours su identidad y lo convierte en uno de los vinos de Margaux más famosos del mundo.