Esta bodegase encuentra a 5 kilómetros de Ronda, ciudad histórica y monumental vinculada a la tradición vinatera desde hace siglos.
Con más de 900 metros de altitud y en un entorno incomparable, con las Sierras de las Nieves y Grazalema de fondo, la zona posee un microclima que facilita la obtención de vinos con una especial singularidad.
Las 18 hectáreas de viña con la que cuentan se plantaron en 1999 y el manejo de las mismas, en producción integrada y en proceso de conseguir la certificación en ecológico, busca obtener la máxima expresión de las distintas variedades: Petit verdot, Tempranillo, Pinot noir, Syrah, Merlot y Cabernet sauvignon.
El suelo es mayoritariamente arcilloso, con abundante piedra caliza. Esta composición favorece la resistencia de la planta al rigor del verano, ya que el suelo retiene la humedad conseguida en las abundantes lluvias de primavera.
La altura a la que se encuentran las viñas, a más de 900 metros, y la influencia del mar Mediterráneo (a unos 40 km) y del oceáno Atlántico, le confieren un microclima ideal para la lenta maduración de la uva, pero sobre todo, para mantener la acidez de la misma por la tremenda oscilación térmica entre el día y la noche durante el verano.
En la parcela El Encinar tienen6 hectáreas de viña, con orientación norte y siguiendo la ladera de la colina. Allí cultivan la Tempranillo y la Pinot noir. En El Calero cultivan Merlot, Syrah y Petit verdot a 750 metros sobre el nivel del mar y con diferentes orientaciones. El paraje está salpicado por decenas de encinas centenarias y por las abundantes hierbas aromáticas que crecen silvestres y marcan el carácter de los vinos. Finalmente la Cabernet Sauvignon se cultiva en la parcela El Olivar, 5 hectáreas en un paraje rodeado de eucaliptos y olivos que confieren notas balsámicas a la variedad.