Fin de Siglo

Es por este motivo que gran parte del éxito de este proyecto radique en sus cepas, que cuentan con más de 100 años de vida y que se han adaptado a la perfección a las circunstancias climatológicas de Rioja Alta y a sus suelos.

Dichas viñas se extienden a lo largo y ancho de 45 hectáreas que la bodega tiene en propiedad. Además, ejercen el control sobre 10 hectáreas de viñedo de agricultores colaboradores.

En estas tierras nacen y crecen las uvas con las que Fin de Siglo elabora sus vinos, todas ellas autóctonas riojanas: Tempranillo, Garnacha y Mazuelo para los tintos y Viura y Malvasía para los blancos.

Estas tierras cuentan con unos rendimientos bajos, casi la mitad del máximo permitido por el Consejo Regulador. Una producción controlada y un exhaustivo trabajo en bodega le han valido para atesorar la buena fama que precede a este proyecto. Además, desde el año 2014 la bodega está integrada en el Grupo Perelada.