Franck Massard

Este francés, discípulo de Gerard Basset, considerado el mejor sumiller del mundo en 2010, ha trabajado con los mejores, pero siempre ha pretendido convertirse en un vitivinicultor de referencia.

Tras una década y media desde que se lanzó a la aventura de la elaboración de sus propios vinos, se puede decir que ha creado un estilo propio "refrescando" los vinos del Priorat para ser bebidos sin pesadez. 

Franck Massard llegó a España de la mano de Bodegas Torres donde desempeñaba catas magistrales de los vinos de la bodega española posíblemente más conocida en el mundo entero. Pero Franck quería volar en solitario y creó Epicure Wines, toda una filosofía de elaboración de vinos, y en 2004 decidió hacerse con un viñedo en el término municipal de El Molar para comenzar su sueño de hacer vinos en su tierra prometida, el Priorat.  

Todo comenzó con Huella, declaración de intenciones de su amor por la comarca tarraconense. Este vino es el inicio de una aventura que sigue con más fuerza si cabe tras su asociación con Dominique Roujou de Boubée que le ha hecho expandirse a Galicia donde está creando vinos atlánticos alejados de los convencionalismos que dicta el mercado. 

Además de en Priorat, Massard hace vinos en Montsant y en la Terra Alta (Vinya Cucut y El Mago Blanco, vinos que te ofrecemos a un precio muy competitivo en Bodeboca). En Terra Alta no cuenta con viñedos en propiedad pero ha llegado a un acuerdo con una familia de viticultores de la zona para que le suministren las uvas tras un trabajo en el viñedo que sigue sus directrices estrictas. El resultado es un vino artesanal de muy pequeña extracción para que predominen la fruta y la frescura. 

Y es que Franck Massard busca ante todo crear vinos gustosos que se beban con suma facilidad y que no pesen. Vinos de trago largo llenos de carácter afrutado y fresco. Ha sabido anticipar el gusto de los aficionados que cada vez demandan más ese tipo de vinos. 

La expansión gallega la está llevando a cabo junto a Dominique y la esposa de éste, Laura Montero. El grupo se ha dado en llamar "les 3 amis". Estos tres amigos están dedicando sus esfuerzos en buscar viñedos especiales que den unos vinos diferentes, con una frescura y una acidez marcadas, y matices por doquier. Así es Alma, el albariño que solo se elabora cuando los tres socios creen que es especial. Solamente ha salido al mercado en las añadas 2015 y 2016.     

Los que conocen a Franck saben que es una persona metódica en el trabajo, amable en las formas y que odia las dobleces. Así son sus vinos, fiel reflejo de su personalidad.