J.J Whitley

¿Su secreto? Trigo ruso de alta calidad y agua de pozos propios para la base de sus vodkas. El agua de estos pozos se encuenta a 160 metros de profundidad y pasa por cuatro etapas de filtración para lograr el equilibrio óptimo para la destilación. La etapa final de la producción viene marcada por el periodo "de descanso", es decir, cuando los vodkas reposan para suavizar su sabor.

El resultado es un vodka de primera calidad, cálido y suave, con un sabor excepcional y aterciopelado. Esta destilería ha querido apostar por sabores populares e innovadores como ruibarbo natural, frambuesas, naranjas sanguinas o vainilla. Sin duda, vodkas ideales para disfrutar solos o como ingrediente de un cóctel creativo.