Las Calzadas

Su nombre proviene del cruce de caminos romanos que unía Alcalá de Henares con Cartagena y Córdoba con Sagunto. Esta unión se producía en Pozoamargo, el pueblo donde se encuentra esta bodega, y donde todavía se conservan vestigios de la calzada. Un guiño más en su línea de rendir homenaje con sus vinos a la esta región manchega, a su terruño y a sus uvas tradicionales como la Bobal, la Cencibel y la Pardilla.

Construida en piedra y madera, en sus instalaciones se encuentran 30 tinajas de barro de 150 años de antigüedad de diferentes tamaños y capacidades, recuperadas de antiguas cavas.

En este taller el joven talento Daniel Sevilla se dedica a sorprender a los amantes del vino con una colección de tintos y blancos de terruño. En esta misión le ayudan su padre José Julián Sevilla, viticultor con una larga experiencia, y su madre Josefina Medina, la artista que dibuja las etiquetas.

En la bodega siguen una filosofía artesanal adaptada a los nuevos tiempos. Sus señas de identidad son el viñedo ecológico y la crianza en tinajas. El resultado es una  limitada producción, de tan solo 25.000 botellas, de referencias artesanales y muy auténticas.