1945 es un año de alegrías en el que se celebró la Segunda Guerra Mundial. Un final que marcó un inicio para muchos, entre ellos Giancarlo y Lanfranco Toschi.
En un pequeño taller localizado en Vignola, en la provincia de Módena, comenzaron envasando cerezas en espíritu, hasta que en 1952 lanzaron su primer brandy de cereza abriendo paso a una amplísima gama de licores y jarabes que han sido testigos de momentos históricos.
Después de trasladar la sede a Savignano sul Panaro, siguieron ampliando su catálogo con productos muy típicos de la región, como el Nocello o el Nocino, ambos licores elaborados con nueces de la zona, licor de fresa y de arándanos, e incluso vinagre balsámico de Módena.
Durante sus 70 años de vida, Toschi ha ampliado sus líneas de producción y sus fronteras, manteniendo siempre su principal objetivo de ofrecer productos de alta calidad, siempre con gran respeto por la tradición y la tierra. Un valor diferencial que no solo ha mantenido viva esta casa familiar, sino que además les ha ofrecido muchísimo prestigio dentro y fuera de Italia.
Una trayectoria que les ha ofrecido momentos muy satisfactorios, como por ejemplo la colaboración con la legendaria casa automovilística Ferrari en 1953, o la creación de los Premios Golden Cherry, por el que se homenajean personalidades de origen Emiliano-Modena particularmente merecedoras en los sectores social, cultural, industrial, comercial, deportivo o humanitario.
