André Delorme

No es un 'champagne' ni quiere serlo, pero no podemos evitar comprarlo por palés por su calidad y también por su irresistible precio. [break]

Cuenta una leyenda irlandesa que al final del arcoíris existe un tesoro, pero en nuestro caso el tesoro tiene forma de botella borgoñona y se llama André Delorme. Su Blanc de Blancs Brut ha sido una auténtica revelación entre nuestra comunidad.

Este espumoso no está dentro de la AOC Champagne, pero tiene muchas similitudes con los vinos de esta exclusiva región, y es que la experiencia en cata es muy similar. Untuoso, sabroso y con la finura que tendría el champagne más increíble pero con el precio que te va a permitir comprarlo por docenas.

En este vino no encontrarás puntos y tampoco una grandilocuente historia. En el caso de André Delorme se trata simple y llanamente de un bombazo. Una recomendación personal que llegó a oídos de nuestros compañeros del equipo de Selección y Ventas hace algunos años y que desde entonces se ha convertido en una de nuestras burbujas de cabecera.

El Blanc de Blancs de la casa no viene solo, está acompañado del Crémant de Bourgogne Brut de Delorme. Este crémant es un espumoso en el que, además de la Chardonnay, han participado también otras variedades más minoritarias como la Aligoté o la Gamay. Su mayor grado de complejidad y finura respecto al Blanc de Blancs lo convierte en un vino ideal para acompañar nuestros encuentros navideños.

La maison responsable de la elaboración de ambas joyas está situada en Rully, capital del Crémant de Bourgogne. Rully es un pueblo conocido por sus 19 viñedos catalogados como Premier Cru y por la calidad que dan sus vinos blancos, con precios mucho más asequibles que los de la vecina Côte d'Or, lo que permite convertir a los espumosos que se obtienen con ellos en auténticos superventas.