El gran Juan Carlos López de Lacalle define la 2017 como la añada de la autenticidad. El ciclo vegatativo de toda una cosecha estuvo condicionado por un único día y los vinos resultantes estuvieron por tanto marcados por la adversidad. [break]
Es en la adversidad donde se dice que se mide la categoría de un gran vino. Una añada difícil es un desafío pero también una oportunidad para hacer algo grande.
A pesar de la helada de la noche del 28 de abril, que marcó un punto de inflexión importante, el viñedo supo reponerse a la adversidad y hoy por hoy disfrutamos de unos vinos de complejos aromas frutales y de limpidez cristalina.
Mora, grosella, regaliz, frutos rojos y anises fundidos con especias frescas, son los matices aromáticos más sobresalientes de esta añada. Sus taninos estructurados y fluidos en boca, dibujan una emocionante esbeltez en su registro táctil. Al final, un inolvidable retrogusto en constante movimiento que genera una sensación de intensa jugosidad.
Dependiendo de la orografía del terreno y del estado fenológico del viñedo, la helada de la noche del 28 de abril tuvo diferente incidencia en el cultivo; en términos generales, en la explotación de Artadi tuvo una incidencia de un 20-25% de reducción de cosecha. En los meses posteriores a la helada, la climatología fue francamente beneficiosa para la recuperación del viñedo; se registraron temperaturas y lluvias ligeramente superiores a la media en la región, lo que facilitó que en el momento de vendimia la diferencia fenológica no fuese significativa.
Parece como que el viñedo en esta añada 2017 haya hecho suya la frase del filósofo romano Séneca: “La adversidad es ocasión de virtud”. Una oportunidad interesante para el aficionado que desee comprobarlo cuando los vinos finalmente sean entregados por parte de la bodega, algo que ocurrirá en octubre de 2019.
Artadi es una de las grandes bodegas de España. En 1986 un grupo de viticultores de la Rioja Alavesa al frente del cual estaba Juan Carlos López de Lacalle decidieron unir sus fuerzas.