Celler Masroig

Tenemos las últimas gotas de un sensacional tinto como Les Sorts Vinyes Velles 2017, las botellas finales que guardaba la bodega. [break]

Siempre es bueno tener este montsant en tu bodega personal, pero si encima es de la añada 2017, razón de más porque fue estupenda. Ahora un gran vino como éste se encuentra en el momento perfecto para ser disfrutado, aunque aún tendrá mucha vida por delante bien conservado. 

Les Sorts Vinyes Velles 2017 es pura explosión de la mejor Cariñena con un pequeño porcentaje de Garnacha que aporta una frescura que, unida a la tanicidad y potencia de la primera, hacen que este vino sea un fiel estandarte del Montsant: ejemplo perfecto de lo que debe ser un tinto de la zona. Su punto maduro, pero nada pesado, lo hace muy seductor. Desde aquí vaticinamos que va a encantar a todo el que lo deguste.

Queremos que además de descubrir, o de que te afiances en tu opinión sobre este Les Sortes Vinyes Velles que nos dice adiós para siempre, puedas probar otros dos de entre los muchos que se elaboran en esta casa. Un blanco y un tinto de precio estupendo para que disfrutes de una buena Garnacha blanca y de la mezcla maestra de Syrah y Cariñena. Tanto Les Sorts Blanc como Les Sorts Sycar te van a sorprender. 

Probablemente Celler Masroig sea una de las bodegas que mejor representan al Montsant. Sin su aportación, posiblemente, no se entendería este lugar. Más de un siglo de trabajo los han posicionado como una referencia de esta joven denominación de origen enclavada en la comarca del Priorat. Son dignos hijos del carácter de un pueblo enmarcado en un paisaje inalterado desde hace siglos. 

La bodega lleva todo ese tiempo elaborando vinos y no ha perdido la esencia. Sin duda, sigue a la vanguardia embotellando la idiosincrasia de la comarca en cada una de sus marcas. Cuando pruebes estos, notarás que son vinos de corte moderno que por el eterno retorno, que diría el filósofo, son muy parecidos a los de hace un siglo. Por tanto, beber las elaboraciones de Celler Masroig es volver a los orígenes desde la modernidad. Esencia, raíces y respeto por el entorno y por un pueblo.  

Las tres creaciones respiran verdad, y eso es lo que se busca cuando queremos trasladarnos a una zona concreta. En este caso, a la del característico suelo de arcilla roja que tantas esencias transporta a las uvas y a su vez al vino. Tierra roja que se une al cielo rojizo en las puestas de sol y que los lugareños atribuyen al mistral, el viento que se forma por el enfriamiento del aire en las montañas. El rojo lo es todo en este lugar, y te lo vas a beber en cada sorbo, junto con el dorado de su blanco. Sol, sangre y arena, el latido de una comarca embotellado. Qué suerte la tuya.