Este vino ya no está disponible
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Este es uno de los momentos en los que ser socio Bodeboca es un lujazo. Solamente nosotros, durante unos días, tendremos en primicia la exclusiva de estos cuatro apoteósicos vinos. [break]
En ningún sitio podrás encontrar esta edición limitadísima de generosos top de la emblemática bodega del Marco de Jerez. Su saca de enero de 2019 está formada por cuatro vinos que en poco tiempo se encumbrarán a la cima vinícola en cuanto sean catados por los críticos más prestigiosos.
He tenido la inmensa fortuna de haberlos catado y he quedado extasiado ante tanta verdad. La bodega jerezana está innovando con un regreso a los orígenes. Esto puede parecer una paradoja, pero es que estos vinos de añada son los que se hacían en el Marco antes de que se pusiera en marcha el sistema de criaderas y soleras. La bodega es precursora en la elaboración de jereces de añada, teniendo botas con vinos de añada (crianza estática) registradas desde 1920.
Paola Medina Sheldon, enóloga de Williams & Humbert, ha apostado decididamente porque cada año salgan al mercado los generosos de añada que sean perfectos. Y ha sido la artífice de poner en órbita el primer palo cortado de añada de la bodega. Esta rara avis, el Palo Cortado en Rama 2002, es una maravilla que acaricia nuestros sentidos y nos transporta a un mundo mejor.
Una parte del equipo asistimos hace unos días a la presentación de esta saca en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y ante unas inmejorables vistas del skyline capitalino pudimos degustar estos cuatro claros ejemplos de que los vinos de Jerez son mágicos.
La propuesta que llevó Williams & Humbert a esta presentación era un caballo ganador en sí misma. Comenzando por el Fino en Rama “Jaleo” 2010 que nos calentó el cuerpo con el duende jerezano, dándonos una pincelada de lo que vendría por delante, puesto que estos vinos son primos hermanos, endogámicos, los unos se reconocen en los otros pero sin taras, al contrario de lo que ocurre con los seres humanos.
Además de esos dos tesoros, pudimos catar las dos propuestas de 2001, el Amontillado y el Oloroso, ambos en rama, a los que auguramos una gran acogida entre el público por su facilidad de trago. A pesar de su alto grado alcohólico, este apenas se percibe.
Estamos ante cuatro absolutas maravillas. No son vinos baratos, somos conscientes, pero merece la pena probarlos porque son parte de la historia de Jerez. Viéndolo de esta manera es una auténtica oportunidad. Descúbrelos y te convertirás en miembro del “club del generoso” si es que no lo eres ya.
Las bodegas Williams & Humbert están ubicadas en el triángulo formado por Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda, caracterizado por el peculiar microclima que le dan los ríos Guadalquivir y Guadalete.
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