Fio

Dirk es conocido por sus diferentes colaboraciones y trabajos con bodegueros de todo el mundo. Además de sus viajes por España, Francia e Italia, en su juventud viajó al Mosela y entabló amistad con el difunto Wilhelm Haag, el cual le enseñó que "un gran vino no tenía que ser poderoso y rico para ser maravilloso".

Dirk y sus hijos Daniel y Marco buscaban un proyecto en el Mosela cuando conocieron a Philipp Kettern en Piesport. Las dos familias compartían una visión común de lo que podrían ser los vinos del Mosela: vinos de la vieja escuela elaborados con un estilo clásico y más pausado, utilizando el tiempo como el elemento que falta en muchos vinos que, en su opinión, se comercializan con prisas hoy en día.

Todos sus vinos se cultivan en laderas empinadas de los pueblos de Piesport y Leiwen.