En Abeica llevan 5 generaciones cultivando con mimo sus vides en la Sonsierra riojana. Respeto, cariño y tradición materializado en unos vinos de lo más sinceros.
Una sinceridad que habla del terruño de Ábalos, concretamente, de sus viñedos. Como hace un padre con sus hijos, los cuidan con mimo, de forma sostenible y buscando que den lo mejor de si en cada botella.
Esa máxima expresión la consiguen con viñedos que llegan a sobrepasar los 135 años de edad, en los que crecen variedades autóctonas riojanas como Tempranillo, Garnacha, Mazuelo o las blancas Viura, Garnacha blanca y Torrontés.
Rioja pura en cada gota, con todo el amor y el calor que una familia sabe ofrecer, para que te sientas como en casa cuando brindes con uno de sus vinos.