Bodegas Heras Cordón

Siguiendo la tradición vinatera de sus ancestros, los tres hermanos, José Luis, Juan Carlos y Sergio, que tenían una empresa dedicada a la preparación de fincas agrícolas y plantación de viñedos, se lanzaron a la creación de esta magnífica bodega. 

En Castilla La Mancha vieron la oportunidad. Allí compraron las piedras de sillería de estaciones de ferrocarril abandonadas con el fin de levantar el edificio de su bodega. Su seña de identidad, aparte de la mencionada sillería del siglo XIX, es una puerta maciza de 2,5 toneladas por hoja, y cuenta con dos, que se ha convertido en la puerta de entrada de la bodega riojana. 

La bodega cuenta en su poder con naves excavadas a 10 metros de profundidad donde descansan y maduran los vinos destinados a crianzas y reservas, contando con un parque de cerca de 2.000 barricas. 

En 2001 elaboraron su primer vino, con la suerte de coincidir con mejor añada del siglo según la calificación del Consejo Regulador de Rioja. Heras Cordón tiene 52 hectáreas en propiedad y controla otras 60 de agricultores de confianza. Todos los viñedos están en dos subzonas de gran prestigio, Rioja Alta (Cenicero, Fuenmayor y Navarrete), el 30%, y Rioja Alavesa (Laguardia, Elciego y Lapuebla de Labarca), el 70% restante.

Y a modo de curiosidad, Heras Cordón puede presumir de ser la única bodega de La Rioja en contar con la certificación oficial del Vaticano como proveedor oficial por decisión del papa Juan Pablo II, que han refrendado después Benedicto XVI y Francisco. 

La bodega de Fuenmayor envía cada año a la Santa Sede dos mil botellas personalizadas con el escudo del Vaticano, el nombre del papa y la leyenda en latín Misericordias Domini in aeternum cantabo del salmo 88 de la Biblia.