Ca L'Apotecari

Santi se hizo cargo de las viñas de su tío abuelo a principios del siglo XXI. Este paraje había caído en desgracia y el viticultor lo reflotó creando un vino auténticamente de garaje, elaborado con mucho sudor y alguna lágrima, dejándose el alma y la salud por esas pendientes del Priorat en las que trabajar la tierra está solo al alcance de los verdaderos héroes.

La bodega cuenta con tan solo dos viñedos en propiedad, Les Perers y Les Eres, aunque este último aún está siendo replantado con variedades blancas que serán el germen del primer vino blanco de la bodega tarraconense.

La filosofía de Santi es la de crear vinos a partir de un bajísimo marco de plantación donde la densidad de cepas es muy baja. La idea es conseguir la mayor calidad a costa de sacrificar la cantidad. Trabajar en esta viña es jugarse el pescuezo cada día debido a las fuertes pendientes que atesora (unos 100 metros de desnivel entre las plantas).

Puig es de los que piensa que el vino se hace en la viña y se redondea en bodega. Busca frescura, acidez natural, fruta, naturalidad, en definitiva, verdad. Le gusta que las plantas de bajo monte convivan con las vides porque todo aporta, según nos cuenta el viñador.

El suelo es de suma importancia en el vino de Santi. Esa llicorella proveniente de las tierras de esquisto por donde las raíces de las vides van buscando terreno para estirarse, otorgan el ingrediente mineral prioratí que es el valor añadido al esfuerzo de Puig.