Casa Yagüe

Es tan extremo el clima en esta región y tan abrupto su paisaje, que no hubo viticultor hasta 2013 que se atreviera a plantar viñedos en las cercanías de Trevelin, a 12 kilómetros de la frontera con Chile, en plena cordillera andino patagónica.

Los viñedos de Casa Yagüe se encuentran a 330 metros sobre el nivel del mar y a 500 metros del Río Futaleufú, en el centro de un valle fértil rodeado por montañas de más de 2.000 metros de altura.

El clima en esta zona es muy cambiante: las temperaturas mínimas llegan hasta casi los -5 ºC en primavera y otoño, dándose heladas incluso en el periodo estival; las temperaturas máximas diurnas, habitualmente registradas en los meses de enero y febrero, pueden fácilmente superar los 30 ºC. De este modo, en ocasiones, la amplitud térmica alcanza -e incluso supera- los 30 ºC. 

El factor climatológico más adverso es, probablemente, el de las heladas, especialmente cuando se producen en primavera, con las viñas ya brotadas. Para controlarlas, durante buena parte del ciclo vegetativo se utilizan sistemas automáticos de riego por aspersión, que en determinados momentos llegan a funcionar 12 horas continuas, expulsando casi 50.000 litros por hora de irrigación.

Sin embargo, los fuertes vientos provenientes del oeste y del suroeste, acompañados de la gran permeabilidad de los suelos franco-arenosos, permiten un secado rápido de la viña y el suelo, favoreciendo una sanidad natural excelente.

Las variedades cultivadas en Casa Yagüe son Chardonnay, Sauvignon blanc, Semillón y Cabernet franc, uvas de origen francés que han sabido adaptarse a la complejidad climatológica de estas tierras. La cosecha, que tiene lugar hacia finales de abril, es siempre manual y selectiva. El vino se elabora de la forma más natural posible, buscando contener en cada botella una parte de la esencia de esta tierra mítica y excepcional.