Rectoral de Amandi

La pequeña localidad de Amandi, perteneciente al ayuntamiento de Sober, es considerada el corazón de la D.O. Ribeira Sacra. Aquí, esta pareja restauró un edificio rural del siglo XVII que en otros tiempos fue una rectoría. Lo hicieron respetando al máximo el entorno en el que está asentada ya que justo detrás se encuentra la iglesia medieval de Santa María de Amandi. 

La bodega, que cuenta con una superficie de 1.000 metros cuadrados, está rodeada por 20 hectáreas de viñedo. Las cepas gozan de un microclima muy especial y privilegiado, y están plantadas en ‘socalcos’, como se denominan localmente las terrazas tan típicas de la región. 

Basan su filosofía en el respeto al entorno, la potenciación de la economía local y la investigación como base de la calidad y carácter diferenciador de sus vinos. Por ello, cuidan los viñedos de forma tradicional con rebaños de ovejas que pastan libremente entre las cepas sin dañarlas, abonando y manteniendo limpia la viña de una forma mucho más respetuosa con el entorno.

Además, cuentan con estaciones meteorológicas y sensores de temperatura en cada viñedo. De esta manera recopilan información que les permite anticiparse a la aparición de enfermedades fúngicas y reducir el uso de tratamientos fitosanitarios, utilizándolos únicamente cuando el riesgo es muy elevado.

Por otro lado, crean sus propias levaduras en colaboración con el departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias de Ourense. Para ello emplean exclusivamente elementos naturales locales disponibles, garantizando la autenticidad del vino y controlando plenamente el proceso de elaboración.

Actualmente, la bodega forma parte del grupo Bodegas Gallegas, aunque sigue manteniendo el mismo carácter familiar y tradicional que llevó a su creación.