Delamain Cognac

James Delamain llegó a la región en 1759 para asociarse con su suegro, Jean-Isaac Ranson. Ahí comenzó todo. De esa unión nació uno de los mejores coñacs que se pueden probar. Hasta nuestros días, descendientes del primer Delamain siguen dirigiendo la empresa. 

Delamain selecciona y compra los aguardientes a los propietarios destiladores de la región ligados por relaciones de confianza recíprocas muy antiguas. De esta forma Delamain tiene acceso a las mejores fuentes de aprovisionamiento de los terroirs de la Grande Champagne exclusivamente, los únicos capaces de responder al elevado nivel de calidad exigido.

En Delamain todas las operaciones se realizan artesanalmente siguiendo la tradición de la casa. Su meta es la máxima exigencia de calidad absoluta en un entorno mágico repleto de preciosas damajuanas.

Los coñacs de la destilería Delamain envejecen en barricas viejas de roble francés llamados “roux” de 350 litros, esto implica una duración de la crianza superior a las prácticas corrientes, ya que no se usan barricas nuevas para no dañar la elegancia final de estos coñacs. 

Solo se mezclan los coñacs de edad similares para no trastocar la calidad porque solo se busca que sus coñacs sean los mejores, más delicados y mejor presentados del mercado. Cada botella va lacrada y revisada con mucho detenimiento para que lo que llega a nuestras casas sea la excelencia.