¿Hacen falta presentaciones? A estas alturas creemos que no. El sueño riojano de Vega Sicilia y Rothschild es una realidad y si lo pruebas, no habrá vuelta atrás. [break]
Hace unos meses estuvimos en sus instalaciones en Samaniego para disfrutar de las nuevas añadas de Macán y Macán Clásico, dos creaciones inapelables que cumplen con toda la expectación que generan sus apellidos. Todo un alegato en defensa del vino fino. Eternos.
Para entender qué hace grande a una bodega, es fundamental saber quien está detrás de cada etiqueta. Allí pudimos conocer a Tatiana Puras y a Jaime López-Amor, enóloga y responsable de viticultura respectivamente, dos personas que cuentan con la sensibilidad y el conocimiento técnico necesarios para llevar a cabo la enorme responsabilidad de este proyecto.
Lo primero que nos sorprendió de ambos fue su juventud, ya que podíamos pensar que la casa tendría perfiles con décadas de experiencia a sus espaldas, pero ambos aportan una mirada renovada y ambiciosa con la que seguir dando pasos en un camino que se prevé largo. Se nota que uno de los lemas de don Pablo Álvarez es que el mejor vino siempre está por hacer.
El tiempo en Macán corre a otra velocidad. Desde antes de comprar la primera viña o poner la primera piedra del edificio, la premisa de las dos partes impulsoras de esta aventura fue la de no tener prisa para hacer bien las cosas. Si es necesario esperar una o dos generaciones para consolidar su idea y su estilo, se espera.
Y hablando de la bodega, hay que reconocer que es un regalo para los sentidos. Integrada a la perfección con su paisaje, con la imponente sierra de Cantabria como abrigo de sus diferentes niveles, es un espacio en el que la pulcritud y la elegancia se palpan. Todo en armonía, todo pensado y ejecutado con un nivel de precisión que apabulla.
Por supuesto, tenemos que mencionar la labor en el campo con un ramillete de viñedos repartidos por pueblos de Rioja Alta y Rioja Alavesa. Comprobamos uno de sus tesoros, La Canoca (San Vicente de la Sonsierra), donde practican un trabajo de factura artesanal durante todo el año para conseguir la Tempranillo que necesitan.
En definitiva, Macán es un diamante en bruto que recomendamos de forma rotunda y sin titubeos.
Bodegas Macán nació en 2004 fruto de la unión de dos grandes nombres de la viticultura a nivel internacional: Tempos Vega Sicilia y la Compañía Vinícola Barón Edmond de Rothschild.
Bodeboca.com © 2024 - Todos los derechos reservados