Thibaud Boudignon Anjou Blanc

Esta es la primera vez que contamos con la recomendación de un prescriptor que no pertenece a nuestro equipo. Si lo hemos hecho, es porque tenemos muy en cuenta su valoración. [break]

Alberto Ruffoni es sumiller nómada, divulgador de vinos y gastronomía. Ha trabajado como catador para Decanter WWA, Peñín y Guía ABC, y como sumiller para Robuchon, Cuenllas y La Caníbal. Es el vencedor del Spanish Wine Master nacional e internacional (2023, 2024), y ganador de la Cata por Parejas de Vila Viniteca (2022).

Con semejante trayectoria, confiamos de pleno en la opinión que nos ha dado de Thibaud Boudignon Anjou Blanc:

Hay vinos que se instalan en la memoria. Vinos que, por su carácter, golpean la mesa y sientan cátedra. Esos que, según los pruebas, instauran una categoría nueva en el recuerdo y hacen de modelo a otros que aún están por venir.  

“Así que esto es un buen Chenin”, pensé al beber este Anjou Blanc por primera vez. Aunque conociéndome, debió de ser un “Fua, así sí” —con alguna palabra malsonante— porque aún siento vivo aquel impacto y nunca lo olvidé. Otros grandes vinos de esta uva y región llegaron para girar como satélites en su órbita. Un “chenin blanc seco y profundo, capaz de enorme guarda” que según supe después, es el epítome de Savennières, la localidad donde se ubica la bodega. No es de extrañar que Thibaud Boudignon, su artífice, sea un icono en el extranjero y que sus vinos vuelen nada más salir al mercado. 

Pero aquí hay algo más. Algo muy personal, que sabe a casa. La humedad, la lluvia y los ríos vinculan de algún modo a Loira y Galicia, donde también tenemos Chenin Blanc, concretamente en Betanzos (cerca de mi casa familiar y epicentro de la mejor tortilla del multiverso) bajo el hermosísimo nombre de Agudelo.  Y es que no lo escondo: esta es mi uva blanca favorita. Generosa, longeva y versátil, tiene una acidez distintiva capaz de ofrecer vinos tan nobles como este: seco, discreto y  mineral pero con cuerpo, amplitud y textura, como espumosos y dulces de mil matices. ¿Qué más le puedo pedir?

Si quieres conocer un Chenin Blanc auténtico, es este.