Celler de L´Encastell

El viñedo de Porrera es uno de los más cotizados de la zona, y ha tenido  gran fama desde hace siglos. Por ello, a pesar de las pequeñas dimensiones de la población, cuenta con un buen número de edificaciones señoriales, fruto de la importancia alcanzada por el comercio del vino ya desde el siglo XVIII.

Los propietarios de Celler de L´Encastell, Carmen Figuerola y Raimon Castellví, fundaron la bodega en el año 1999 para poder elaborar vinos a partir de las uvas de sus viñedos. Para ello reformaron una casa familiar para poder albergar las instalaciones de la bodega. Dejaron como símbolo, un pozo excavado en la roca, cuyo incesante goteo parece medir el paso del tiempo y la crianza de sus vinos.  Su símbolo, que aparece en el vino Roquers de Porrera, es el reloj de sol. No es algo casual, pues Porrera atesora un gran número de este tipo de relojes en todo su casco urbano.

Cuentan con dos viñedos situados en el término municipal de Porrera, por una parte “Mas d’en Caçador”, dos hectáreas de una ladera muy inclinada localizada a 500 metros sobre el nivel del mar. Plantada de Garnacha y Cariñena de entre 75 y 100 años de edad, proporciona la mayor parte de las uvas que conforman el Roquers de Porrera.

Por otra parte, “Mas d’en Ferran” consiste en cinco hectáreas de estrechas terrazas de pizarra fracturada, llamada llicorella. Plantada en 1995 con Garnacha, Cabernet sauvignon, Merlot y Syrah. Los frutos de esta viña se destinan a la elaboración del Marge, y también contribuyen a redondear el vino  Roquers de Porrera.