Companhia dos Profetas e dos Villões

Compartieron su especial enamoramiento por los viñedos que allí se hayan, pegaditas al suelo y rodeadas por sus particulares muros blancos, que las protegen del mar y del clima. Empezaron entonces la aventura de sus vinos "profetas", que es como llaman los de la isla de Madeira a los de la vecina Porto Santo, y los "villões", que es el apodo de los segundos hacia los primeros. 

Porto Santo es una isla única de pequeño tamaño. Se originó hace unos 14 millones de años, siendo de las más antiguas en Portugal. Es muy árida, con suelos calcáreos resultantes del viento y depósitos de conchas, moluscos y otra fauna marina durante los últimos 10 millones de años. Aquí, a pesar de que está permitido el cultivo de la vid, no lo está la vinificación, por lo que las uvas se tienen que llevar a Madeira para proceder a la elaboración de los vinos. 

En Madeira, por su lado, los suelos volcánicos son la base de las 500 hectáreas de viñedo que tiene la isla. Como en Pico, Azores, están muy cerquita del mar, a apenas unos pasos, y el sistema de conducción en espaldera más tradicional es la "latada", en la que las vides se conducen horizontalmente.

Aquí la Listrán encuentra su hogar, y es rebautizada como Listrão, que comparte con otra muy singular, la Caracol, además de la Tinta negra. El resultado, sencillamente fascinante, y tendrás que probarlo para creerlo.