Fattoria Le Pupille

Esta zona, históricamente a la sombra de las grandes regiones vinícolas italianas, produce algunos de los vinos con mejor relación calidad-precio de la Toscana y comparte aspectos con las zonas más conocidas por los aficionados al vino como su cercanía con la costa en el caso de Bolgueri o la proximidad con Montalcino y Chianti, ambas a menos de 100 kilómetros de distancia.

El iniciador de Fattoria le Pupille fue Fredi, un hombre que heredó de su madre dos edificios coloniales en los que comenzó elaborando un vino ideado inicialmente para ser consumido en familia. Fredi murió en 1985, y a su muerte fue Elisabetta Geppetti la que continúo con su legado aprovechando la pasión por el vino que unía a ambos.

Actualmente, Elisabetta sigue al frente de esta bodega, incluso su hija mayor Clara forma ya parte del equipo. Sin embargo, desde aquel lejano 1985 muchas cosas han cambiado. En 1999, Elisabetta compró un edificio en Istia d’Ombrone que restauró entre los años 2000 y 2001 y que actualmente alberga las instalaciones y oficinas principales de la bodega, además de un total de 17 hectáreas. El resto, hasta completar las 75, se encuentran repartidas por distintas subzonas, entre ellas en Pereta, donde se ubican los dos primeros edificios con los que contó la bodega.

Aunque Geppetti ha trabajado con importantísimos enólogos en Fattoria le Pupille como Giacomo Tachis (padre de Sassicaia, Solaia o Tignanello), o Christian Le Sommer (primer enólogo de Chateau Latour), desde el año 2012 el enólogo jefe de la casa es Luca d’Attoma, conocido como “el Armani del vino”, quien además es uno de los mayores expertos mundiales en elaboración biológica y biodinámica.

Actualmente la bodega está desarrollando nuevos proyectos, como el cultivo de uvas minoritarias a nivel internacional como la Petit manseng, de origen francés, o la utilización de tarros de terracota para la vinificación de algunos de sus vinos. Igualmente algunas de las parcelas de Fattoria le Pupille están siendo cultivadas bajo los preceptos de la agricultura biodinámica.

La filosofía de la casa siempre ha sido y sigue siendo la elaboración de vinos de la más alta calidad, respetando siempre la naturaleza del lugar y combinando la utilización de variedades típicas del Maremma como la Sangiovese con otras internacionales como las Cabernet o la Syrah. Todo se puede resumir en tres características que marcan el ADN de Fattoria le Pupille: tradición, territorio y carácter distintivo.