Pagos del Moncayo

La Garnacha es su uva predilecta desde hace muchos años. Sin embargo, desde 2006, poco después de la fundación de la bodega, se ha añadido también la Syrah, que ha aportado un plus a la bodega. De hecho, esta bodega asegura ser la primera de la zona que comenzó a trabajar con esta variedad foránea. 

La localización de esta bodega se encuentra a los pies de la Sierra del Mocayo, en el corazón de la cordillera Ibérica a su paso por Aragón, un entorno marcado por su belleza y riqueza paisajística.

A finales de 2012, la bodega dio un tremendo salto de calidad debido a la entrada en el equipo de Louis Geirnaerdt y Eugenie Van Ekeris. Son dos personas que han aportado su dilatada experiencia en el sector, ayudando a la empresa a crecer, además de dotarla de nuevos instrumentos para su comercialización e incluso su internacionalización.

Destaca su filosofía de hacer vinos respetando siempre el medioambiente. Esto lo consiguen aplicando métodos tradicionales y artesanales, tanto en el cuidado del viñedo como en el proceso de vinificación ya en bodega. Así se obtiene la máxima calidad y honestidad en sus vinos. Es un valor añadido que tienen en cuenta los consumidores y lo valoran positivamente.

A Pagos del Moncayo se le ha concedido la ecoetiqueta, lo que certifica que los niveles de emisión de su bodega están muy por debajo de la media europea. El cultivo es manual y desarrollan un control biológico del viñedo, utilizan placas solares, la elaboración tiene lugar en lagares abiertos y no necesitan sistemas de climatización artificiales, ya que gracias a la influencia del aire del Moncayo, tienen una climatización natural.