Atalaya

La sencillez genuina del proyecto de la familia Gil en tierras albaceteñas sigue sumando adeptos y nuevas referencias que estrenamos en esta Venta Privada. [break]

Quizás conozcas Atalaya por su superventas Laya, pero la bodega asentada en Almansa enarbola la bandera de una excepcional relación calidad-precio-puntos también en el resto de sus elaboraciones. Vinos expresivos, ricos en fruta, con un perfil más fresco de lo habitual en la zona y amplias posibilidades gastronómicas. 

En un panorama marcado por la polarización Rioja-Ribera, propuestas vinícolas como la que plantea Atalaya en una denominación tan pequeña no dejan de tener mérito. 

La austeridad de los suelos calizos de esta franja fronteriza, altiplanicie entre la meseta y el Mediterráneo, y el clima seco y extremo, con un acusado contraste térmico en verano entre el día y la noche, hace que las autóctonas Garnacha tintorera y Monastrell alcancen su máximo potencial manteniendo una excelente acidez natural. 

Y todo apostando por un cultivo y una enología ecológicos, e incluso biodinámicos en el caso del flamante La Bien Plantá, y mínimamente intervencionista, permitiendo que la pureza, la autenticidad y el terruño se impongan sobre cualquier tipo de añadido o impostura. Almansa al desnudo te espera para llenar tu copa de su potencia controlada en guante de seda.