Versos de Valtuille

Con la llegada de César a la dirección enológica de los vinos de la familia Estévez, el impulso hacía metas muy grandes está asegurado. [break]

Estévez Bodegas y Viñedos lleva un tiempo en el panorama vinícola de nuestro país pero no es muy conocida por el gran público. Eso va a cambiar desde ahora mismo con el fichaje de César Márquez, sobrino del afamado Raúl Pérez. El proyecto Versos de Valtuille no solo ha conquistado nuestros paladares, sino también el de Luis Gutiérrez, que ha premiado el buen hacer de la casa en su último informe de The Wine Advocate.

En el comité de cata quedamos gratamente satisfechos de los diez vinos que forman parte de esta Venta Privada, tanto de los de entrada de gama, como de los de pueblo y también de los parcelarios. Aquí hay verdad embotellada para satisfacer a todos los aficionados a un gran precio. 

El blanco de entrada de gama, monovarietal de Godello, está muy rico, pleno de fruta y gran acidez que le aporta mucha frescura. Junto al tinto de la misma categoría y al de villa, forman un trío atacante espectacular para el precio que tienen. Si no los pruebas ahora te perderás una gran oportunidad.

Y qué decir de los parcelarios. Desde el blanco con paso por madera que le otorga carácter meloso pero con muy buena frescura, hasta los tintos de diferente perfil y carácter por los diferentes emplazamientos y zonas en las que se yerguen las cepas. Todos muy top, destacando para este comité Paraje El Rapolao que cuenta con una fase olfativa muy intensa y compleja donde pesan mucho la fruta y las flores moradas y que a alguna de nuestras compañeras dejó sin habla.

La familia Estévez tiene su cuna en la localidad berciana de Valtuille de Abajo, municipio en el que nacen estos vinos. La represión tras la Guerra Civil hizo que Antonio Estévez, escritor y pensador anarquista, no tuviera más remedio que exiliarse a México en 1942. Siempre tuvo metido entre ceja y ceja regresar a España para levantar los viñedos de su padre, el bisabuelo Ramón para la nueva generación de los Estévez, comprados con lo que ganó trabajando en Brasil a finales del siglo XIX, y elaborar los vinos que tantas décadas quedaron sin hacer. Él no pudo, pero sí su hijo menor Helios, poeta y empresario (vaya oxímoron), que años más tarde del exilio del padre fue tras sus pasos y formó una familia en el país norteamericano. 

El sueño de toda una familia se ha cumplido. Ahora, Helios junto a sus cuatro hijos, Helio, Carlos, Nandy y Laura, han regresado al Bierzo para ajustar cuentas con el pasado. Y lo han hecho con unos sensacionales vinos de los que tanto Ramón como Antonio estarían muy orgullosos. Alcemos las copas por ellos.