The Wine Hunter Company

Si buscas esa calidez sureña en tu mesa estas fiestas pero con un toque diferente, deposita tu fe en los vinazos de Santiago Jordi. [break]

En sus manos la albariza, la crianza biológica y las variedades autóctonas gaditanas muestran todo su potencial y versatilidad cobrando vida en la copa. He aquí la prueba. Sublimes vinos de pasto de ediciones únicas y extremadamente limitados. Cada uno con sus particularidades, su carácter y personalidad. Y una mención especial a sus espumosos, pues son francamente alucinantes.

Hace unas semanas nuestro comité se reunía, como siempre lo hacemos, en nuestra sala de catas. Este es un lugar de culto al que acudimos con frecuencia y con sed de descubrimiento. En una de estas sesiones nos cruzamos con las novedades de Jordi.

Patrick Murphy fue un verdadero éxito el año pasado cuando presentamos el proyecto por primera vez. Así que a sus botas actuales les auguramos el mismo camino. Auténticos tesoros, sobre todo teniendo en cuenta la producción minúscula que tienen. 

Aprovechamos la ocasión para estrenar Hacienda La Quintería Palomino y Mariquilla, este último un flechazo unánime. Listán envuelta en una finísima mineralidad equilibrada perfectamente por su untuosidad y volumen, cortesía de los 18 meses que pasó en bota jerezana. Excepcional.

Y ojito con los espumosos, también flamantes en nuestro catálogo. Ambos se elaboran de la misma manera: método tradicional con 36 meses en rima, y enteramente de Palomino fino. La diferencia está en los pagos de los que proceden. Así, mientras Carrascal es cítrico, vibrante y lleno de fruta fresca, Balbaína nos muestra un lado más delicado, floral y de melocotón maduro. En esencia, vinos de pasto llevados a una segunda fermentación de los que se embotellaron alrededor de 500 botellas únicamente.

En definitiva, aquel día íbamos dispuestos a encontrar nuevos bombazos, pero sin duda estos vinos superaron con creces nuestras expectativas. ¿Cómo no íbamos a querer compartirlos contigo?