Descripción

Un "vino de paisaje y energía singular", como lo han definido desde la porpia bodega gallega. La enólogo que lo ha creado, Paula Fandiño, comenta que es un blanco con "un carácter muy puro, un toque de monte agreste y otro de ola y arena. Arraigado en el granito, rodeado de bosque y muy cerca de ese mar”. 

Ficha técnica

La bodega
Tipo
Blanco
Añada
2019
Grado
13.2% vol.
Subzona
Valle del Salnés.
Variedad
97% Albariño, 3% Godello, Caíño blanco, Loureiro
Origen
Rías Baixas

Cata

Temperatura de servicio
Entre 7 y 10 ºC.

Viñedo y elaboración

Nombre
Finca Lobeira
Descripción
Esta finca en propiedad de Mar de Frades es una pirámide de granito de 293 metros de altitud que domina el Salnés y la ría de Arousa. En su vertiente norte acoge un auténtico santuario de viña entre bosques. Allí se cultivan las cuatro variedades blancas tradicionales de Galicia. El viñedo que da origen a este vino está plantado a 134 metros de altitud en un valle de la vertiente norte del Monte Lobeira, entre masas boscosas de pinos y eucaliptos. Este emblemático lugar, otorga protección al viñedo y un substrato.
Superficie
7,97 hectáreas.
Edad
Plantada en 2001.
Clima
La añada 2019 en el valle del Salnés: temperaturas altas desde el inicio del otoño, ralentizando la caída de la hoja. En diciembre hubo escasez de lluvias. Fue el invierno más seco desde 2012; esto facilitó una poda rápida y el atado de todas las cepas. Al inicio de marzo, los primeros brotes en la Albariño auguraban una cosecha temprana. Al mismo tiempo, salían de su letargo, avispas, hormigas, ranas, sapos y otra fauna del entorno, símbolo del inicio de la primavera. El Monte Lobeira protegió los pámpanos de los fuertes vientos que entraban desde la ría. Los contrastes térmicos entre el día y la noche provocaron una floración escasa. Las lluvias de abril llegaron en junio y, como resultado, el cuajado de la uva dio lugar a racimos más pequeños y menos compactos. Terminaron las lluvias con el comienzo de la maduración en la Albariño. El verano fue muy caluroso, sin embargo, la degradación de los ácidos en las uvas fue lenta, dando lugar a vinos más frescos y atlánticos.
Cosecha
Finca Lobeira alcanzó la plenitud aromática de su maduración el 12 de septiembre de 2019, fecha en que se cortaron a mano todos los racimos de las 4 variedades, que colocados en pequeñas cajas, se transportaron en camión frigorífico hasta la bodega.
Vinificación
Las cajas de racimos se trasladan a la mesa de selección, donde se realiza el último descarte de aquellos racimos no sanos, un 7% de la cosecha. El resto, como tradicionalmente se hacía en la zona, pasan directamente a la prensa sin
despalillar, ni macerar. Será el propio raspón dentro de la prensa el que actúe de filtro natural para que salga un mosto limpio, sin apenas 'burbas', que permita llevarlo directamente, sin desfangar, a fermentación. Ésta tiene lugar en un recipiente de acero inoxidable con levaduras autóctonas durante 15 días
a 15,5 ºC. Terminada, se retiran las lías gruesas, se tapa el recipiente y comienza la etapa de reposo sobre lías finas durante todo el año 2020. En 2021 se trabaja el movimiento de 'batonnage' con las lías finas, removiendo una vez cada quince días, mientras que durante 2022, el 'batonnage' se intensifica siendo una vez a la semana. El vino siempre permanece en tanques de acero inoxidable.
Embotellado
Tras un tiempo de reposo y decantación, en 2023 se embotella hasta alcanzar su tiempo de crianza, reposando a temperatura controlada en la cámara de la bodega.