Bodegas Ochoa

La filosofía de la casa es buscar la calidad de sus vinos siendo fieles a los principios, la tierra y la historia de la familia, siempre con el máximo equilibrio natural y con una fuerte convicción respecto a las políticas de investigación y desarrollo, de las que son pioneros desde que en 1994 se convirtieran en la primera bodega española en desarrollar un proyecto de I+D.

Ochoa solo elabora vino procedente de uvas de sus propios viñedos. Para ello cuentan con 145 hectáreas repartidas en varias fincas: El Bosque (38 hectáreas), Santa Cruz (55 hectáreas), El Secadero (8 hectáreas), La Pedrera (5,5 hectáreas), La Milla (4,5 hectáreas) y Montijo, donde se encuentran las cepas más antiguas. Las variedades cultivadas en estas fincas son las tintas Tempranillo, Cabernet sauvignon, Graciano, Garnacha y Merlot; y las blancas Moscatel, Viura y Chardonnay.

La viña en Ochoa se trabaja en ecológico y se hace poda corta para reducir los rendimientos y aumentar la concentración de cada cosecha. Igualmente, no se vendimia todo a la vez ni se sigue ningún orden establecido, sino que cada uva es recogida cuando lo marca la naturaleza, algo que generalmente se realiza de noche para que la uva no sufra y en un proceso que dura, como mucho, media hora hasta que llega al depósito, con el fin de evitar fermentaciones espontáneas que pudieran comprometer la calidad del vino.

La bodega cuenta con tres series de vino. La serie Javier Ochoa, compuesta por 6 de los vinos más conocidos de la casa; la serie Adriana Ochoa 8A, que lleva el nombre de la responsable enológica de la casa y conforma un homenaje a la familia; y por último la serie Calendas, de la que forman parte los vinos más jóvenes, frescos y afrutados de la bodega, concebidos para todo tipo de públicos.