Cabeças do Reguengo

Exbailarín de ballet, y escritor de vinos, en 2009 cambió los escenarios por una finca semiabandonada en la Sierra de San Mamede, en la zona de Portalegre, Alentejo. Aquí elabora vinos lentos y puros, de esos que se beben dos o tres pares de años después de la vendimia y se admiran en las siguientes décadas. 

En un primer momento, la finca estaba rodeada de viñedos viejos abandonados con decenas de variedades, de las cuales finalmente solo resistieron las más fuertes. Tras un exhaustivo trabajo de recuperación en el que João llenaba los huecos mediante una combinación de estratificación y selección masiva, finalmente su viña estaba en buena forma. 

Las vides crecen, siguiendo la filosofía biodinámica de Steiner, en suelos graníticos, garantizando una imprescindible frescura dado el clima tan cálido de la zona, y a unos 600 metros sobre el nivel del mar. Las variedades que allí se cultivan, cuyos porcentajes son prácticamente imposibles de cuantificar con exactitud, son las tintas Trincadeira, Aragonez, Alicante bouschet, Castelão y Grand noir; y las blancas Arinto, Assario, Fernão Pires, Roupeiro y Alicante branco. 

De esta manera, João Afonso elabora vinos de gran profundidad y vigor, de trago fácil y ciertamente frescos. Él mismo dice que sus vinos "deben privilegiar siempre el carácter sobre la perfección, porque la perfección sin alma ni carácter hace que los vinos, así como las personas, sean fatigosos".

Y es que cuando uno es artista, como João Afonso, lo es en todos los sentidos y para siempre, añadiendo ese algo distintivo que nos hace sentir en cada fracción de su trabajo, poniendo cuerpo y alma a disposición de los cinco sentidos y buscando, ante todo, la emoción más pura.