El nombre EPC es un acrónimo de "E Pluribus Champagnum", que significa "la unión hace el champán", el lema de la marca.
Esta cooperativa, o más bien esta start-up de champán como les gusta llamarse, nació en 2018 de una idea de Edouard Roy, el joven gerente y cofundador de EPC.
Hijo y nieto de viticultores, el champán corre por las venas de Edouard desde que era niño pero con el tiempo se ha dado cuenta, con mucho pesar, de que los jóvenes suelen tener una imagen arcaica de la marca. Así que decidió crear una nueva marca con el objetivo de demostrar que el champán es ante todo una bebida para epicúreos, contribuyendo al mismo tiempo a promocionar la región de Champaña que tanto ama.
En 2018, conoció a sus futuros socios: Camille y Jérôme. Juntos, decidieron ofrecer una nueva visión del champán, sin complicaciones, más moderna, más humana y más transparente. Y así fue como, en 2019, ¡se lanzó la marca!
EPC funciona como una cooperativa y no sería nada sin sus viticultores socios, que respetan el terruño y el medio ambiente. Para EPC, es esencial promover el saber hacer de los viticultores, por lo que sus socios no se limitan a cuidar las viñas, sino que también desarrollan el champán de la A a la Z y controlan cada etapa de la producción, de la vid a la copa, en colaboración con el maestro bodeguero.
La apuesta parece haber merecido la pena para esta jovencísima marca de champán, que ya está cosechando elogios de la crítica y la prensa especializada por sus primeras cuvées.
