Galería de imágenes de Pago de Vallegarcía
Localización y otros datos de interés
Año de fundación
1999
Superficie total de viñedo
50 ha.
La bodega y los viñedos de Vallegarcía se sitúan en el corazón de los Montes de Toledo, en el área de influencia del Parque Nacional de Cabañeros.
El Pago se integra en una de las mejores muestras de bosque mediterráneo del mundo, en un paraje natural único que conserva una flora y una fauna de gran valor ecológico y unos paisajes de naturaleza aún intacta.
En 1997 y movido por su gran afición a los grandes vinos de Burdeos y de Borgoña, el empresario Alfonso Cortina de Alcocer encargó al profesor de viticultura australiano Richard Smart (también conocido como el Doctor de las Viñas), proyectar la plantación de un viñedo en la finca Vallegarcía, situada en los Montes de Toledo.
El primer viñedo se plantó en 1999 y la primera cosecha se obtuvo en 2001. Durante los cuatro años siguientes se evaluó el potencial de calidad de las uvas elaborando pequeñas partidas de vino en las instalaciones de la bodega vecina, Dehesa del Carrizal.
La calidad de los primeros vinos, reconocida por la crítica internacional, entre ellos Robert Parker, animó finalmente a Alfonso Cortina a construir su propia bodega en septiembre de 2006.
Actualmente son sus hijos, Felipe y Carlos, los que continúan el legado iniciado por su padre, fallecido en abril de 2020. Su filosofía es la de elaborar vinos de muy alta calidad, orgánicos y equilibrados que respeten la tipicidad de cada una de las variedades y a la vez sean la expresión más fiel del terruño del Pago de Vallegarcía.
Tanto Felipe como Carlos son asesorados por Eric Boissenot, enólogo consultor líder en el Médoc y responsable de la mayoría de los Grand Crus de la región y todos los Premier Crus (Latour, Lafite-Rothschild, Margaux y Mouton-Rothschild).
El Pago de Vallegarcía se sitúa en el municipio de Retuerta del Bullaque, en la comarca del Parque Nacional de Cabañeros, en la región de los Montes de Toledo. El viñedo está situado a 850 metros de altitud en su parte más baja y a 900 en la más alta, y tiene una extensión de 50 hectáreas tras su última ampliación. El clima de esta comarca es continental, con veranos calurosos y secos e inviernos fríos y húmedos.
La erosión de los Montes de Toledo propicia unos suelos muy pobres y ácidos, que se deben abonar constantemente pero que tienen la peculiaridad de ser muy evolucionados. Las viñas crecen sobre una superficie de Raña. Se trata de un sistema de depósitos aluviales procedentes de los frentes de las sierras y formado por pizarras muy meteorizadas y por bloques de cuarcitas sobre una matriz arenosa. Esta combinación resulta muy adecuada para elaborar grandes vinos.
Al ser una zona en la que no existía una gran tradición vitivinícola a finales del siglo XX, empezaron plantando únicamente variedades de origen francés, ya que eran las que mejor se adaptaban a las condiciones de altura, clima y suelos del Pago. Estas uvas fueron la Cabernet sauvignon, la Syrah, la Merlot, la Petit verdot, la Cabernet franc y la blanca Viognier, una variedad inusual y difícil de mantener con la que se elaboran los famosos blancos del valle del Ródano. Sin embargo, en 2016 se realizó una ampliación del viñedo y se incorporaron las variedades Garnacha, Cariñena y Monastrell, más arraigadas en suelo español.
Pago de Vallegarcía cuenta con una de las salas de elaboración más modernas de España, equipada con 24 depósitos de acero inoxidable de doble camisa para el control de la temperatura de fermentación y una prensa neumática de última generación. Cada variedad se vinifica por separado y tras la crianza en barrica de roble francés nueva pasan a formar parte del ensamblaje final.
En línea con el estilo pionero de Vallegarcía, los planes de futuro de la casa pasan por la elaboración de nuevos vinos en un estilo similar a los del sur del Valle del Ródano.
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