Dominio De Es

Presentamos la añada 2023 de los vinos que el vigneron francés Bertrand Sourdais elabora en el valle de Atauta, una de las regiones más frescas e interesantes de la Ribera del Duero. [break]

El 2023 fue un año de cambios y novedades para esta bodega soriana. La primera fue el aumento de parcelas de cultivo para alcanzar actualmente las 6 hectáreas. Otro de los cambios fue la incorporación al equipo de David Calvo, maestro viticultor con un gran conocimiento tanto del viñedo como de los pueblos y gentes de esta zona. 

Bertrand se encuentra en estos momentos además inmerso en otra importante empresa: la construcción del nuevo edificio de bodega en el municipio de San Esteban de Gormaz, que se espera que sea inaugurado a lo largo de este 2024. 

El vigneron francés remarca que si algo ha caracterizado la añada 2023 en Dominio de Es ha sido el de los caminos diferenciados que han seguido el ciclo vegetativo y el de la fruta, y es que cada uno ha llevado su propio ritmo a merced de los avatares meteorológicos de esta campaña, que no han sido pocos.

El comienzo del año estuvo marcado por un invierno plagado de inusuales lluvias que vinieron seguidas de unos meses de marzo, abril y mayo más secos y con temperaturas más elevadas de lo habitual, lo que adelantó la brotación al día 17 de abril. Otro de los imprevistos de esta añada fueron las históricas heladas que alcanzaron los -6ºC durante los días 17, 18 y 19 de mayo, y que obligaron a las viñas a brotar de nuevo. 

Cuando todo parecía presagiar una catástrofe, un giro de guión encaminó la añada hacia un final inesperado. El mes de junio llegó con lluvias y temperaturas suaves y la floración se adelantó al día 4 mientras algunas cepas todavía se recuperaban de los estragos de las heladas tardías. Las viñas, a pesar de las altas temperaturas estivales, se mantuvieron frescas y vivas durante el verano y el 29 de julio se produjo el inicio del envero en medio de un campo que se mantenía verde y esponjoso, como de algodón. 

Las lluvias de principios de septiembre hicieron engordar las uvas, que perdieron acidez pero mantuvieron un buen pH, y por tanto, el volumen de alcohol deseado. Las viñas siguieron transmitiendo sensación de vitalidad y las temperaturas ya más frescas de comienzos de otoño permitieron iniciar el 19 de septiembre la vendimia cuando la fruta aún estaba viva, lo que se tradujo en una parte aromática muy destacable y una fermentación dinámica y fácil que hizo que ningún proceso en bodega se tuviera que forzar. Esto último ha supuesto una satisfacción para este genial elaborador que ha sabido entender la zona como pocos y que ha potenciado, junto a pequeños viticultores locales y foráneos, las excelencias del viñedo soriano. Dicho esto, estamos ya deseando probar estos vinos una vez estén finalizados, algo que se estima para la segunda mitad de 2025.