A Pie de Tierra

Con este proyecto estamos siendo testigos de un resurgir, de un potencial escondido que empieza a brillar. [break]

Es el de Méntrida, donde Aitor Paul y David Villamiel apuestan en las tres ges: Gredos, granito y Garnacha. Con esta máxima, amén de viñedos viejos, un paraje único y una elaboración prácticamente artesanal, han alumbrado unos vinos tan excepcionales que cuando Luis Gutiérrez se reunió para probarlos no pudo ocultar su sorpresa, destacando en su informe para The Wine Advocate que A Pie de Tierra “podría ser la mayor mejora que he visto en la región en el último año”. 

Y nosotros lo constatamos. Somos aficionados a descubrir y explorar nuevas fronteras, o a rescatar las ya conocidas. Y en este caso no pudimos evitarlo, pues además de una relación calidad-precio raramente vista, hay muy poquitas botellas de cada una de las referencias.

Fuerza Bruta y El Surco, antes conocido como Dos Manos, son el ejemplo perfecto de ello. De esos vinos que conquistan por su finura y elegancia, repletos de notas florales. Poseedores de un refinamiento que va más allá de su línea de precio, y que alcanza las cotas más altas de la emoción. Pura endorfina.

Ronca de Mazalba, por su lado, es algo único que ve la luz por primera vez esta añada. Es pureza, delicadeza… Precioso. Tanto por su vinificación contenida en 600 botellas, como por su sentido de lugar. Un vino que nos traslada a los viñedos viejos de Méntrida, concretamente del valle que le da su nombre. 

No queremos desvelarte mucho, pues es algo que creemos que debes juzgar por ti mismo, pero Gutiérrez afirma que "es el vino del pueblo de Méntrida más impresionante que jamás he probado”. Ojito.