Pedro Merayo fundó esta bodega en el 2010 tras trabajar durante 20 años tratando de recuperar sus viñedos. Gracias a sus conocimientos y a su pasión por El Bierzo vio cómo su sueño de viticultor se convertía en una realidad.
Los antecesores de Pedro estuvieron estrechamente vinculados con el mundo del vino pues poseían varias bodegas de dicha región décadas atrás. Así pues, fue el propio Pedro quien decidió dedicarse a conseguir un desarrollo óptimo de sus vides y dejar a un lado, momentáneamente, su labor dentro de la bodega.
Gracias a dicha recuperación la familia decide reanudar la elaboración de vinos apoyándose en la calidad de las variedades autóctonas y construyen el edificio de la bodega en la Finca Miralmonte, propiedad de la familia. En el entorno de esta se ubican sus viñedos, de nombres como La Galbana, El Llano, Las Tres Gilas, El Músico y El Pozo.
Dentro del edificio se esconden las naves en las que se elaboran y se crían sus vinos. Las instalaciones cuentan con la infraestructura necesaria para conseguir vinos fieles al carácter berciano y a la identidad familiar del proyecto.
La sala de elaboración está equipada con depósitos de acero inoxidable de distintas capacidades y está preparada para alojar una producción de uva mázima de 200.000 kilos en cada cosecha. Dichos tanques están preparados con sistemas de control de temperatura y refrigeración que permite llevar a cabo un control total sobre la vinificación.