Domaine de Fondrèche

Para lograr esos vinos fieles a su terruño centran su trabajo en poner en valor el viñedo en un sentido amplio. Tienen muy en cuenta la climatología de esa añada concreta a la hora de vinificar un vino.

Una de las cosas que más priman en sus vinos es darle toda la importancia al suelo. Por eso lo analizan, lo entienden y lo respetan para luego tratar de mostrarlo en una copa de vino. No fuerzan la naturaleza, la acompañan. Saben que no son magos, sino viticultores que hace mucho tiempo que entendieron que es la vid la que hace el vino, y no la bodega o el enólogo.

Todo el viñedo se trabaja de forma natural con el objetivo de crear una armonía entre vid, suelo y su entorno directo. De ahí que no se usen herbicidas químicos para hacer que las plantas desarrollen sus defensas naturales. Situado en una meseta, el suelo filtra el agua en caso de lluvia, pero también la retiene entre cinco y diez metros bajo tierra. Así la vid no sufre estrés hídrico, aunque a veces puede tener exceso de agua. 

La superficie de viñedo de Fondrèche ocupa unas 28 hectáreas en los municipios de Mazan, Mormoiron y Saint Pierre de Vassols. Se caracteriza principalmente por su suelo de arcilla y caliza que entrega sobre todo vinos tintos. Unas 10 hectáreas de la parcela están compuestas de arenas y limos para la producción de vinos blancos y rosados. Estos suelos y orientaciones procuran vinos frescos y con grados alcohólicos moderados.