Tokaj-Oremus

A estas alturas quedan muy pocos que no conozcan el proyecto húngaro de Tempos Vega Sicilia. Lo que muchos no saben es lo que acabamos de conseguir. [break]

Hemos tenido acceso a varias añadas viejas del blanco Mandolás (2005, 2007 y 2009) en formato magnum y del dulce Aszú 5 Puttonyos (1993, 1999, 2000 y 2010). Todas las botellas han estado custodiadas en óptimas condiciones, así que estamos ante un auténtico tesoro con el que comprobar la mágica evolución que han desarrollado.

Confirmamos que lo que hemos catado son reliquias fuera de lo común. Para los que no conozcan la uva Furmint, avisamos que es necesario probarla. Tanto en su tradicional versión dulce como en la seca.

El año pasado pudimos disfrutar de la visita de András Bacsó, enólogo de Tokaj-Oremus, con motivo de la grabación de nuestro podcast. Además de ofrecernos una auténtica 'masterclass' durante la charla, nos deleitó con unas creaciones que nos dejaron sin palabras. Un vendaval de maestría y emociones que hay que conocer sí o sí.

La bodega propiedad de Tempos Vega Sicilia desde hace ahora 30 años es un referente en la región de Tokaj. Aquel movimiento magistral de la familia Álvarez tras la caída del muro de Berlín ha permitido una sinergia perfecta entre el potencial de Oremus y el mito del vino español.

Han evolucionado en cada añada, perfeccionando e innovando como han demostrado con Mandolás. Esta referencia fue la pionera en trabajar la Furmint para un blanco dry. Una referencia que sorprende por su extraordinaria finura, su perfil floral y su versatilidad gastronómica. Nos lo imaginamos, por ejemplo, junto a una lubina a la espalda con ajos fritos y un golpe de cayena... ¡monumental!

Pero si por algo son conocidos en esta parte del Viejo Mundo es por la historia y tradición del tokaji aszú, nombrado como “vino de reyes, rey de vinos” tal y como acuñó Luis XIX. Todo un regalo que surge del milagro de la podredumbre noble, como ocurre también en Sauternes. Si quieres conocer los detalles de su elaboración te invitamos a escuchar el podcast donde Bacsó lo narra con precisión y pasión, pero te aseguramos que lo que encuentras en la copa es algo que al menos hay que degustar una vez en la vida. Es único, vibrante y mágico.