Aunque parezca contradictorio, Fred Loimer discretamente destaca. Sin hacer demasiado ruido, se ha convertido en uno de los elaboradores más admirados de Austria.
Fred Loimer era la oveja negra de una familia de viticultores del Langenlois. Fue el primero en meter la uva insigne de Austria, la Grüner Veltliner, en barricas de roble y obtener un gran resultado. También fue pionero en usar un etiquetado que se salía de los lugares comunes en la zona.
Pero no solo eso, empezó con la biodinámica en 2006 y fundó junto a otros elaboradores una asociación de enólogos con una certificación propia, Respekt con una filosofía racional sobre la viticultura biodinámica. Su bodega es además todo un modelo de eficiencia energética. Una auténtica Lößkeller de 150 años, excavada a mano y con paredes de piedra, literalmente la base de la bodega. En 2010 tuvo la osadía de mandar a construir una minimalista "caja negra" encima de la histórica bodega subterránea, bodega que cambió definitivamente el paisaje tradicional de la zona y que en cierta forma es un mensaje. Aquí hay diferenciación.
Más de tres cuartas partes de su cosecha corresponde a las variedades Grüner veltliner y Riesling. Estas son las principales variedades de Kamptal, porque reflejan mejor su singularidad. Por lo tanto, solo pueden ser embotellados como Kamptal DAC. La Grüner veltliner de las parcelas de Spiegel y Käferberg, y la Riesling de Seeberg, Steinmassal y Heiligenstein, se identifican como parcelas premier cru con el símbolo 1ÖTW.