Una gran tradición campesina que se ha convertido en una pequeña, pero prestigiosa y muy apreciada, bodega dedicada al espíritu empresarial femenino.
Las Langhe siempre han sido una zona de producción de grandes vinos, donde, entre castillos y pueblos pintorescos, se encuentran las preciosas vides de Nebbiolo con las que se elabora el rey de los vinos italianos: el barolo.
Desde hace cinco generaciones, la bodega Josetta Saffirio tiene su sede en Monforte d'Alba, donde el fundador, Giuseppe Saffirio, se trasladó con su familia a finales del siglo XIX. El nieto de Giuseppe, Ernesto, se hizo cargo de la empresa y la traspasó a su hija Josetta en la década de los 70.
Con Josetta, labodega empezó a embotellar su propio vino, ya que antes se limitaba a comercializar las uvas. También a ella se debe el estilo y el diseño de los pequeños gnomos que caracterizan las etiquetas de la bodega. A finales de los 90, el timón de la empresa pasó a la hija de Josetta, Sara Vezza, que continúa los pasos de su madre con pasión y entusiasmo.
El viñedo es el verdadero tesoro de la familia, donde las cepas de Nebbiolo se remontan a la posguerra. En las Langhe, el viñedo es un culto y se cuida meticulosamente para preservar la integridad de su preciado fruto.
Vinos elegantes y vibrantes en armonía con la naturaleza nacidos en un lugar "encantado" donde, entre las brumas y las colinas de las Langhe, el ser humano renueva año tras año su alianza con la naturaleza.
