Bajo el nombre de Castillo Monjardín, y a los pies de éste, encontramos una bodega que une tradición y la más innovadora tecnología.
Durante el siglo XII, en el Reino de Navarra, el Castillo de Monjardín tuvo una gran importancia, y hoy en día pasan por sus caminos miles de peregrinos realizado el Camino de Santiago.
Su proximidad y cercanía con la historia y cultura francesa, le aportan una larga tradición en la elaboración de vinos con las variedades Chardonnay, Cabernet sauvignon y Merlot, además de otras como la Garnacha y la Pinot noir.
Lo que más caracteriza a esta bodega es el microclima que se encuentra en sus viñedos. Las 220 hectáreas de viñedo con cepas comprendidas entre los 15 y 70 años de antigüedad, que se encuentran a unos 700 metros de altitud, son aireadas con el “Cierzo”, un viento fuerte y frío característico de algunas zonas de Navarra y de Aragón. Estas condiciones, sumadas a la tradición familiar de la bodega, hacen que Castillo de Monjardín elabore vinos singulares, estructurados, de intensos aromas y llenos de elegancia.